Con una pensión de 800 pesos mensuales y la venta de dulces atiende a su esposa y nietas.

Yo tengo trabajando aquí en esta esquina desde hace 8 años. Vendo dulces y la gente ya me conoce, me ayuda, unos me dicen Don Roberto. Ahorita vengo de dar unas cositas en el centro de acopio que está aquí enfrente (DIF Municipal), hasta me tomaron fotos.



Yo recibo cada dos meses 1600 pesos, con eso no me alcanza porque vivo con mi esposa y mis dos nietas, ellas van a la escuela, tienen 7 y 9 años.



Voy a cumplir 70 años el año que viene. Tengo una costilla quebrada, la cadera desviada, también me dan ataques epilépticos, más todo lo que se junta. 



Mi esposa tiene una mano quebrada, también cirrosis hepática y a veces pierde la memoria y se comporta como una niña. Toda la medicina que necesitamos sale de la venta de los dulces.



Yo trabajé de vendedor de libros, de editorial, nuevos. Recorrí toda la república vendiendo libros, trabajaba por comisión.



Nunca hice antigüedad en una empresa, trabajé así 25 años, mi esposa trabajó conmigo casi 20, ahí la conocí y con ella sigo.