¿Qué tan difícil es entender que no eres más, ni menos que nadie?

Por: Adrián GARCÍA ESTRADA

En un cuento cotidiano, el soberbio se enmascara con humildad, llega a creerse un santo cuando su armadura interna es la de un demonio, pensar que el dinero, lo material o lo físico te da un valor sobre los demás te puede llevar a caer en un mar de un asqueroso y destructivo engaño.

Trillada es la frase “trata como quieras que te traten”, si, mencionada muchas veces pero aplicada en pocos casos, la espiritualidad no tiene que estar en conflicto con la economía pero no puedes basar tu valor personal con el valor material, entiende que eso te consumirá tarde o temprano.

¿Qué tan difícil es entender que no eres más, ni menos que nadie?, la educación y la amabilidad son virtudes que te llevarán muchísimo más lejos que el creer que eres el mejor, visión que no es mala siempre y cuando no la utilices para ponerle el pie a otros, o creer que otros no merecen lo mismo que tú.

El ego no es tan malo, te sirve de protección, pero alimentarlo en exceso te provocará una sobredosis de soberbia y egoísmo, dos defectos de carácter que como una bala pulverizarán tu estabilidad y destrozarán tu capacidad de entender un poco lo que es la empatía.

Una vez, personas que trabajan en mejorar cada día plasmaron un mensaje en el aire que capté de inmediato, no hay nada peor que creerse un ángel cuando eres un maldito demonio. Textualmente esa expresión me hizo ver que la humildad no es ser caritativo, es saber quién eres y respetar a los demás.

Si las ideas aquí plasmadas no son compatibles con las tuyas no importa, respeto tu pensar, pero al respetar tus ideas, te pido el mismo respeto hacia las mías, a final de cuentas vivimos en un mismo espacio, espero te sirva de algo lo que acabas de leer, sino solo déjalo ir.