La mayoría de las personas le temen a algo, a la muerte de un familiar, a perder un trabajo, a perder a la pareja.

Por: Adrián García Estrada

Si contara las oportunidades que perdí en distintas etapas de mi vida por miedo, tal vez duraría horas, pero mejor te escribo como es que llegue a entender que el miedo es parte de nosotros, necesario para medir la capacidad de resolver conflictos con un sano juicio de por medio.

Primero que nada, aprendí que darle la dimensión correcta a las cosas, era fundamental para impedir que el miedo me arrodillara y me pusiera una revolcada emocional envuelta de lamentos, arrepentimientos y pretextos, el problema está cuando la máscara de la soberbia no te deja admitir que tienes miedo.

En el caminar de los años entendí que esa vieja y conocida sensación de temor era una especie de ilusión creada por la mente, una barrera entre cumplir metas o un puente directo al fracaso y la frustración.

Creo que a nadie le gusta sufrir o sentirse mal, la mayoría de las personas le temen a algo, a la muerte de un familiar, a perder un trabajo, a perder a la pareja, pero de una u otra manera te vas a enfrentar a esos procesos naturales de la vida, por eso me pregunto ¿Estás listo/a para cuando lleguen?

La ausencia de miedo no es valentía, enfrentarse a los problemas y resolverlos eso es tener valor, aceptar lo que puedes cambiar y dejar ir lo que no está en tus manos, no te juzgues si te equivocas, pero no dejes que el temor te debilite al punto de tirar tu vida a la basura.





*El autor de esta columna es Licenciado en Ciencias de la Comunicación, con más de 10 años de experiencia en el servicio público, además de incursionar en diversas disciplinas de carácter espiritual y fortalecimiento emocional.