Desde hace ocho meses José se dedica a juntar botes para venderlos

Vender botes si deja para comer, yo antes tenía una segunda, vivía bien, pero, poco a poco lo fui dejando, un día me quedé sin gasolina y no tenía dinero, junté unos botes que encontré y los fui a vender, Pensaba, qué vergüenza, cómo voy a vender botes.

Tengo tres años con mi esposa, yo buscaba una mujer que estuviera a mi nivel, y gracias a Dios ella no me dice nada, vivimos en un carro, lo tenemos lleno de ropa y comida, ahí dormimos y cocinamos, estamos estacionados afuera del mercado.

A veces hacemos un ahorrito y nos vamos a un hotel a bañar y descansar a gusto, o si no, en la playa nos metemos y ahí nos bañamos.

La verdad sí sale de vender botes, aunque la gente que te ve buscando en su basura sale y te corre, pero no les voy a hacer nada, si no quieren que les rompa las bolsas, no hagan los nudos tan fuertes.

Mis hijos ya están grandes, uno es ingeniero y la otra bióloga en “el otro lado”. Me dice mi hijo: “¿apá, por qué haces eso?”, no entiende que vivo bien, a gusto, sin problemas con nadie.

Entre los que recogemos botes nos respetamos, a mi me dicen por un apodo, pero no me acuerdo cuál es, me llamo José.

No tengo mucho juntando botes, unos 8 meses, también vendo cobre, aquí traigo un alternador en la mochila, más tarde lo desarmó y le saco una feria.