Adolescentes que buscan el dinero fácil y se encuentran con la muerte en una esquina. Víctimas colaterales, menores de edad abatidos por las actividades irregulares de sus padres, todo eso está ocurriendo ahora en Tijuana.

Dicen que la “Burra no era arisca, sino la hicieron” por lo que hoy en día de facto el Gobierno en turno de cualquier nivel es el culpable de todos nuestros males.

Tijuana está pasando por el peor momento en materia de inseguridad, ¿En un 100% será la culpa de los gobiernos? Es una pregunta muy desafiante porque habría unanimidad por el “Por supuesto”, más aún si, por ejemplo, si la hacemos en redes sociales.

¿Aún existe la corresponsabilidad social? Nuestra ciudad atraviesa por la peor crisis de pérdida de valores y descomposición social, donde la vida está devaluada, no tiene el mismo precio que antes. Como dice la canción de José Alfredo Jiménez “La vida no vale nada” para muchos.

Sicarios del crimen que matan por 300 pesos, mismos que posteriormente mueren por otros 400 pesos que se ganan otros pistoleros “desechables” de la cadena del crimen.

Mujeres que se convierten en jefas de “tienditas” de venta de droga que mueren como cualquier sicario.

Adolescentes que buscan el dinero fácil y se encuentran con la muerte en una esquina. Víctimas colaterales, menores de edad abatidos por las actividades irregulares de sus padres.

¿Qué está pasando con nuestra sociedad?

Los gobiernos tienen una gran culpa, pero desde la sociedad no habría una autocritica sobre su contribución para que se dé este fatal escenario que estamos viviendo.

Todos los días escuchamos cuestionamientos hacía las autoridades para que cumplan en el tema de la seguridad, pero nos hemos puesto a pensar que nunca les alcanzarán los recursos para poder tener un policía dentro de nuestro hogar.

Como padres de familia qué estamos haciendo para evitar que nuestros hijos contribuyan al fatal escenario que estamos viviendo. El gran tema de Tijuana es la drogadicción y la distribución de enervantes.

Todos nos quejamos de la incidencia delictiva, pero nos hemos puesto a pensar la gran cantidad de “zombies” que hay en la ciudad demandando droga en las colonias.

Un consumidor necesita al día entre 10 y 15 dosis de droga, “cristal o mariguana. Una estimación nos da cerca de 400 pesos diarios los que necesita un adicto, por lo que sin pensarlo se dedican a robar en la ciudad para lograr juntar ese dinero.

Gobierno y sociedad deben reencontrarse en este tema, porque actualmente se ven separados en medio de la desconfianza. La desunión entre la comunidad y nuestros gobernantes es un gran aliciente para los criminales que se han apoderado de esta ciudad.

Es necesaria la corresponsabilidad de todos, ningún Gobierno de cualquier partido podrá contra el crimen si no hay unidad de acciones. En años anteriores le apostamos al simbolismo que representan los militares, pero es muy complicado pensar en su regreso activo, toda vez que Mexico ha transitado hacia un sistema garantista donde los derechos de los imputados cuentan y es incompatible con el estado de fuerza que se anhela. Difícilmente vendrá un militar a salvarnos de tantos muertos en Tijuana.