La salida de Ignacio Acosta como delegado municipal de La Presa Este ha causado indignación en la dirigencia antorchista.

Por Alberto Sarmiento Reyes
Ahora que el gobierno municipal decidió ejercer su autoridad para responder a la impunidad de los dirigentes de taxis amarillos y sus agresiones contra usuarios de Uber y autobuses de Ticketon, se da por sentado que ha quedado anulada la alianza entre el panismo y ese gremio.

Pero otra alianza político electoral del panismo ha quedado sepultada. La salida de Ignacio Acosta como delegado municipal de La Presa Este ha causado indignación en la dirigencia antorchista.

Desde que se formalizó la alianza entre la dirigencia estatal de Antorcha Campesina y el equipo de campaña de Juan Manuel Gastelum Buenrostro, candidato a la alcaldía de Tijuana por el Partido Acción Nacional (PAN)… el final de veía venir.

La alianza duró apenas las semanas suficientes para garantizarle al candidato panista los votos necesarios de la jornada electoral.

La apretada victoria de Juan Manuel Gastelum provocó que todas las alianzas establecidas con los grupos panistas y los que no no lo son subieran sus exigencias en cuestión de cuotas de poder.

Y para eso Antorcha Campesina se pinta sola.

Con 43 años de existencia a nivel nacional, pero con apenas 15 de operar en Baja California, Antorcha Campesina repite en Tijuana, su principal bastión, los esquemas de control que aplica en el País. Cuotas de adhesión a sus militantes por el compromiso de gestionar terrenos, vivienda, servicios públicos, escuelas… y más cuotas.

Los ex gobernadores panistas Eugenio Elorduy Walther y José Guadalupe Osuna Millán, tuvieron en los antorchistas permanentes críticos de su gestión.

Protagonizaron infinidad de marchas, manifestaciones y plantones… incluyendo la toma del centro de gobierno en Tijuana en varias ocasiones.

A nivel nacional a Antorcha Campesina se le liga políticamente con el Partido Revolucionario Institucional (PRI), incluso llegó a ser considerado el brazo extorsionador del priismo en algunas de las 32 entidades donde tiene presencia.

Pero desde hace unos años, la dirigencia nacional del movimiento antorchista se vio obligada a distanciarse del PRI, donde se sentían apestados y utilizados.

Ello explica en parte el porque buscaran la alianza con el PAN en los pasados comicios a la alcaldía de Tijuana.

Pero sus exigencias fueron muy altas.

Para pagar el apoyo recibido, ya instalado en la alcaldía, Juan Manuel Gastelum, decidió ceder la delegación municipal de la Presa Este en manos de Ignacio Acosta, dirigente estatal a Antorcha Campesina.

Era una apuesta muy arriesgada. Por ello el nombramiento nunca fue formalizado por el alcalde. El temor era justificado.

Así, Ignacio Acosta empezó a operar como dirigente antorchista pero despachando desde la delegación municipal… obviamente su movimiento era el que se empezó a fortalecer vertiginosamente, y con mucho peligro para el panismo.

La estructura partidista empezó a ser rebasada por Antorcha Campesina… paralelamente, el delegado Acosta no solo solapó sino impulsó las viejas prácticas antorchistas… invasiones de predios.

Aunque hasta donde se sabe la invasión de predios en el bulevar 2000 no fue orquestado por antorchistas, si se trató de una replica de un práctica que Acosta impulsaba en otras zonas de la delegación municipal a su cargo.

Acosta presumió lo avances en esa demarcación como si fueran logros de Antorcha Campesina, cuando las obras y programas eran ejecutadas con recursos públicos.

La ruptura se ha concretado. Y con ello las manifestaciones, plantones y marchas habrán de ser la forma que los antorchistas seguirán de presionar a los gobiernos panistas… las cosas vuelven a su origen.