La indefinición del líder nacional de PAN sobre aspiraciones presidenciales tiene en la incertidumbre a la militancia en todo el País

Por Alberto Sarmiento Reyes / Hiptex



La crisis interna que vive el Partido Acción Nacional (PAN) y el acuerdo de su dirigencia nacional para formar un frente opositor para contender en los comicios federales del 2018, tiene paralizado al panismo de Baja California.



La parálisis panista se refleja en el sepulcral silencio de sus dirigentes, en especial el estatal, José Luis Ovando Patrón, que no ha emitido pronunciamiento alguno sobre los temas principales que aquejan a su partido y tienen en la incertidumbre a sus militantes.



Señalado de ser el causante de la crisis que vive el PAN, Ricardo Anaya Cortés, mantiene el control casi absoluto en el panismo del País, pero en Baja California, apoyado con la estructura de gobierno, es aplastante a pesar de las muchas dudas y cuestionamientos que generan las decisiones del “niño maravilla”.



El también aspirante a candidato presidencial, poco o nada le ha importado poner el riesgo las posibilidades del triunfo que el PAN tiene si su candidata fuera Margarita Zavala, que todas las encuestas la ubican como la que tiene mayor aceptación de los panistas… a pesar del control que ejerce Ricardo Anaya en el panismo a nivel nacional.



La división de la bancada panista en el Senado de la República, la parálisis impuesta a la Cámara de Diputados, la imposición para que en su papel de dirigente partidista encabece la negociación del presupuesto federal para los gobiernos estatales emanados de Acción Nacional, son solo algunas de sus cuestionadas acciones que han confrontado y debilitado a su partido.



Tal vez algunos de sus argumentos pudieran ser válidos, sin embargo el hecho de jugar con la doble cachucha, de dirigente partidista y aspirante a una candidatura presidencial, obligan a pensar que todo lo que hace o deja de hacer Ricardo Anaya es para fortalecer su proyecto personal, que dicho sea de paso se desploma a pasos agigantados… pero que ha arrastrado a su partido en esa estrepitosa caída.



Ignorados en la toma de decisiones de su dirigente nacional, los panistas de Baja California no atinan a entender el rumbo a seguir. Lo único que sí saben es que el acuerdo tomado e impulsado por Ricardo Anaya, para que el PAN junto con el Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano (MC) formen un frente político para contender en los comicios federales del 2018 les habrá de restar espacios a puestos de lección popular que estarán en juego.



Sometido a la línea impuesta por Anaya, José Luis Ovando ha optado guardar silencio, pero lo mismo ocurre con los dirigentes municipales, los diputados o senadores, los legisladores locales y, desde luego, el gobernador y los alcaldes emanados de Acción Nacional.



Silencio y parálisis marcan el actuar de todos ellos, mientras la militancia observa la crisis que envuelve a su partido y observa cómo las posibilidades de retener los triunfos obtenidos en los comicios federales 2012 y 2015 corren peligro.



Por si faltara poco, el panismo bajacaliforniano igualmente observa con preocupación la crisis que envuelve a sus gobiernos, estatal y de los municipios donde gobierna, como Tijuana, Playas de Rosario y Mexicali, por la incapacidad mostrada para combatir el grave problema de inseguridad.



Ante este tema y los escándalos que aquejan al gobierno local de Tijuana, el silencio ha sido la respuesta del dirigente estatal panista. Lo que que no se sabe si ese silencio es complicidad o incapacidad política para actuar en aras del proyecto partidista del que forman parte.



El control que ejerce Ricardo Anaya tiene paralizado a su partido, ignora a su militancia, pero con el apoyo de sus dirigentes estatales, como Ovando Patrón en Baja California mantiene su control y con ello la posibilidad de impulsar su eventual candidatura presidencial.



Mientras sigue con su indefinición, Ricardo Anaya sigue dividiendo al panismo, los acerca a una fractura costosa, y le aleja de la posibilidad de regresar a Los Pinos.