Ser militante activo del PAN era un proceso que solo quienes estaban convencidos de serlo lo lograban.

Por Alberto Sarmiento Reyes / Hiptex
En el 2014 le tronó el petardo en las manos. Tres años más tarde parece que habrá de salir del problema, gracias a la pobre respuesta que hasta el momento tiene el proceso de re afiliación.

José Luis Ovando Patrón, en aquel entonces como hoy también, dirigente estatal del Partido Acción Nacional (PAN), no solo aprobó sino que apoyó la afiliación de miles de nuevos panistas sin seguir el tradicional proceso que caracterizaba a ese instituto político desde su creación.

Fue una afiliación exprés, en caliente, al instante, tal como se preparan las sopas Maruchan… y así quedaron registrados esos nuevos panistas.

Antes de eso, ser militante activo del PAN era un proceso que solo quienes estaban convencidos de serlo lo lograban. De hecho, ya en el poder en Baja California, por años las puertas al panismo se mantuvieron semi cerradas.

Quienes permanecían en el limbo, los llamados adherentes, era ciudadanos que habiendo solicitado su registro como militante y realizado los cursos de inducción y preparación, debían esperar, a veces hasta años, para lograr ser militante activo y, con ello el derecho a votar y ser votado ya sea a un cargo directivo, una candidatura a puesto de elección popular, o a consejero político, estatal o nacional.

Eran los tiempos en que el PAN era tan pequeño que en 1989, cuando el panismo llegó al poder en la entidad, la elección del candidato a la alcaldía de Tijuana se resolvió en una asamblea municipal en la que tomaron parte unos 70 militantes activos. En ella se eligió a Carlos Montejo Favela que a la postre se convertiría en el primer alcalde de extracción panista de Tijuana.

Aquellos tiempos donde la máxima priista de “candidato de unidad” no alcanzaba al panismo, como sucede hoy.

A pesar de largos años de lucha, la estructura del panismo se componía de algunas cuantas familias y amigos, todos ellos girando en la órbita de Salvador Rosas Magallón, el llamado patriarca del panismo en la entidad y que alcanzó renombre nacional al contender por la candidatura a la presidencia de la República en dos ocasiones.

Pero en 2014 se abrieron las puertas de par en par. De golpe, Acción Nacional tuvo cerca de 10 mil nuevos militantes activos.

Este sábado concluye el llamado proceso de “actualización de datos” de la militancia panista, que en términos prácticos es una re afiliación y, como van las cosas, una depuración de la militancia.

A cuatro días de vencer el plazo para ratificar su militancia, apenas, a nivel estatal, el 35 por ciento ha acudido a hacerlo.

En Tijuana los números son similares. Hasta ayer sumaban unos 2 mil 800 los militantes que habían acudido a actualizar su información y con ello ratificar su militancia. El padrón es de 7 mil 640. En Baja California, la militancia activa registrada es de 18 mil 311.

Pero no solo la falta de respuesta de los llamados panistas “maruchan” es lo relevante en este proceso de re afiliación del panismo; algunos ex panistas, que habían renunciado han decidido regresar a su partido, a pesar que apenas en los comicios locales del año pasado contendieron como candidatos de otros partidos. Un ejemplo es Raúl Soria, que quiso ser diputado por Movimiento Ciudadano.

El ex alcalde Héctor Osuna Jaime, no se ha acercado a re afiliarse pero se se sabe que algunos de quienes le siguieron se les ha visto en las instalaciones del Comité Municipal.

En Ensenada, otro ex alcalde César Mancillas, que al igual que Osuna Jaime acompañaron a Margarita Zavala en un evento que la aspirante presidencial tuvo en Tijuana, ha dicho que para ser panista no se necesita permiso.

Pero la baja respuesta a este proceso tiene en unos casos otra razón.

Hay quienes, hoy marginados del gobierno y confrontados por el grupo de poder que encabeza el gobernador Francisco “Kiko” Vega, están condicionado se re afiliación a tener la garantía de un espacio o una futura candidatura. Son pocos, pero los hay.

Faltan cuatro días para que concluya este proceso… entonces se sabrá la suerte de los “maruchan”, de los que traicionaron al panismo e incluso fueron adversarios y han regresado como si nada, también de quienes condicionan su militancia a un cargo o candidatura… pero al final el panismo parece que regresa a su origen… al menos en cuanto al tamaño de su padrón. De sus principios y valores… ésa es otra historia.