Con el actual ritmo de vida, cada vez más acelerado, es difícil encontrar un espacio dedicado al cuidado personal.

 



CDMX.- Después de los 35 años de edad, las mujeres deben considerar una alimentación adecuada de nutrientes para favorecer el metabolismo y procesos que se relacionan, por ejemplo, con una adecuada concentración.

La nutrióloga Paola Garza consideró que con el actual ritmo de vida, cada vez más acelerado, es difícil encontrar un espacio dedicado al cuidado personal.

En el marco de la presentación de un suplemento alimenticio, la especialista destacó que los hábitos saludables son clave, así como una buena nutrición, ante los cambios metabólicos que suceden y que pueden repercutir en la salud a largo plazo.

Subrayó que es importante considerar una alimentación que aporte nutrientes específicos para favorecer un buen metabolismo y además para asegurar el buen funcionamiento a nivel celular para procesos vitales, desde la obtención de energía y la adecuada concentración, entre otros.

En un comunicado, Garza indicó que en la tercera década de la vida, el metabolismo disminuye su eficiencia, es decir, que aunque sea la misma alimentación que en los veintes, no se gasta la misma cantidad de energía, lo que implica una mayor acumulación de grasa.

Ante ello, insistió en la importancia de consumir vegetales, proteínas, grasas buenas, suficiente agua y practicar actividad física, hábitos que incluso se pueden complementar con suplementos alimenticios que puedan favorecer la obtención de sustancias vitales suficientes.

Según los especialistas, de una buena alimentación depende que en la edad adulta y cerca de la menopausia, la mujer pueda enfrentar los estilos de vida modernos con energía para desempeñar sus labores cotidianas con éxito y sin riesgos a la salud o con la menor cantidad de factores como sobrepeso y obesidad.

Dichos factores también influyen de manera negativa y se asocian a otros riesgos como diabetes, hipertensión o deficiencias en aporte de nutrientes específicos que impactan en órganos como hueso y piel.

Por su parte, la dermatóloga Janina Llergo, comentó que un buen estado nutricional se refleja no sólo en la salud, sino en la piel, por medio de la adecuada hidratación y el equilibrio de recambio celular para combatir los efectos del estrés oxidativo que se manifiestan con la aparición de arrugas, surcos, manchas, disminución de la elasticidad y flacidez.

Llergo Valdez explicó que “después de los 30 años hay una disminución entre el 10 y el 20 por ciento del número de melanocitos en la piel y en la unidad folicular, aunado a que algunos factores como la exposición al Sol, el tabaco, el estrés, la contaminación o la mala alimentación, generan un deterioro aún mayor”.