La postura de Abraham Correa y el grupo que se aferra al poder en el PRD en Baja California, no tiene nada que ver con una visión política… se trata de supervivencia política.

Por Alberto Sarmiento Reyes / Hiptex



El esfuerzo de quienes fundaron el partido del sol azteca en la entidad ha quedado sepultado por la ambición y los interesa de quienes lo dirigen actualmente 



Reflejo de las crisis que le han quejado casi desde su nacimiento como fuerza política, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) de Baja California le apuesta al proyecto de crear un frente amplio opositor como única alternativa de sobrevivencia.



Por ello no extraña que quien ostenta la dirigencia estatal del partido de sol azteca en la entidad, Abraham Correa Acevedo, haya tomado como suya la propuesta que Alejandra Barrales, la líder nacional, viene impulsando para establecer una alianza con otras fuerzas políticas, principalmente Acción Nacional (PAN), como única opción de impedir el triunfo del priismo o del partido de Andrés Manuel López Obrador.



Pero la postura de Abraham Correa y el grupo que se aferra al poder en el PRD en Baja California, no tiene nada que ver con una visión política… se trata de supervivencia política.



Tras su aparición hace ya más de 25 años, el PRD logró permanecer en la entidad por muchos años como una tercera fuerza política y en algunas ocasiones con muchas simpatías para vencer el bipartidismo PRI-PAN que controla el poder en Baja California.



Sin embargo, una larga lista de políticos se han encargado de fracturarlo, dividirlo y abandonarlo… Como a nivel nacional, en la entidad el PRD fue la fusión de integrantes de la llamada Corriente Crítica del PRI, surgida ante la imposición de Carlos Salinas de Gortari y el proyecto neoliberal impulsado por Miguel de la Madrid Hurtado, que hizo crisis en el 1987. Pero igualmente se sumaron personajes de la izquierda local diseminados en diversos partidos como el Comunista, el Popular Socialista, el Auténtico de la Revolución Mexicana, y organizaciones sociales.



Entre los priistas fundadores podemos mencionar al profesor Jesús Ruiz Barraza, quien llegó a ser una especie de presidente y dueño del PRD, y que junto con Antonio Cano Jiménez y el empresario Héctor Lutherot Camou, formaron la llamada Corriente Crítica del PRI en la entidad.



Del Partido Comunista, fue invaluable el aporte de Blas Manrique Arrevillaga, un hombre íntegro que siguiendo el ejemplo de otros ilustre mexicano, el ingeniero Heriberto Castillo, debieron sepultar el partido desde donde, contra viento y represión, impulsaban su visión del País, con la que se podía o no estar de acuerdo pero que era auténtica, para dar paso al PRD.



Otros políticos de aquella izquierda como Javier González Monroy, Catalino Zavala Márquez, Edgardo Contreras, Silvia Beltrán, y muchos más, igualmente hicieron su aportación y luego se encargaron de dividirlo.



De todos ellos, ninguno sigue en el PRD. Lo poco que queda del PRD hoy día se encuentra confrontado, con una dirigencia estatal cuestionada incluso por la vía legal. En estos momentos, a nivel federal, estatal o municipal ostentan un solo puesto de elección popular, en la curul de la ensenadense Rocío López Gorozave, y no fue por  elección directa sino de presentación. 



Tras ir en caída libre elección tras elección, su mayor logro electoral se dio en los comicios locales de 2013… cuando fueron en alianza con el PAN. En base a los espacios cedidos, fue que algunos perredistas lograron entrar en el Congreso del Estado, como fue el caso de Roberto Dávalos, que fuera candidato a diputación en el distrito 12 de Tijuana y lograse la victoria. El propio Abraham Correa pudo regresar a la legislatura por la única vía que ha podido hacerlo… como candidato de lista.



A raíz de esa alianza, fue que el PRD tuvo representantes en los cinco ayuntamientos… En Ensenada incluso el candidato de la alianza PAN-PRD fue el perredista Francisco Sánchez Corona… pero perdió.



Ese es el camino que Abraham Correa tiene como apuesta para los comicios federales del 2018 y, de concretarse y funcionar, hacer que se repita en los comicios locales del 2019.



Así y solamente así, el perredismo puede aspirar a sobrevivir en la entidad… Por ello es que Abraham Correa abraza el proyecto del frente amplio opositor o como se vaya a llamar la alianza… 



Sin alianza no hay PRD en Baja California, mucho menos si el candidato del PRD a la presidencia es Miguel Ángel Mancera Espinoza, y no porque el jefe de gobierno de la Ciudad de México, sino porque no es de la corriente de Abraham Correa y ello es más que suficiente para que no se le apoye.



El legado de los fundadores del PRD ha sido destruido por quienes hoy lo dirigen… y muchos de quienes se fueron… así de sencillo.