Los polos de esta confrontación son los legisladores Alejandro Arregui Ibarra, actual coordinador de la bancada, y Marco Corona Bolaños Cacho.

Por: Alberto Sarmiento Reyes
El postergado relevo en la dirigencia estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha empezado a fracturar a la bancada del tricolor en el Congreso del Estado.
Integrada por cinco diputados, la bancada priista se ha visto afectada por la soterrada lucha que se libra al interior del partido para relevar a Chris López Alvarado.
Los polos de esta confrontación son los legisladores Alejandro Arregui Ibarra, actual coordinador de la bancada, y Marco Corona Bolaños Cacho.
El ensenadense apoya abiertamente a David Ruvalcaba Flores para dirigir al PRI en la entidad, mientras que el tijuanense ha dado su respaldo a Jesús García Castro, esas posturas los tienen confrontados políticamente y se ha extendido en la batalla por la coordinación de la bancada.
Arregui Ibarra cuenta con el respaldo total del diputado por Tecate, Benjamín Gómez Macías, mientras que Marco Corona ha establecido una fuerte alianza con la mexicalense Patricia Ríos López.
La confrontación se encuentra empatada y empantanada.
El quinto diputado, el también tijuanense Bernardo Padilla Muñoz, ha mantenido, hasta el momento, una postura neutral en el conflicto, pero su posición no puede mantenerse así por mucho tiempo.
Ante la falta de dirigencia estatal, porque en los hechos Chris López ha dejado de serlo, la disputa entre los legisladores se ha trasladado a la Ciudad de México.
Uno y otro, que presumen tener grandes aliados en el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del tricolor, buscan que desde allá les llegue el respaldo que necesitan para sostenerse, en el caso de Arregui y para asumirla en el de Corona.
Fue precisamente Marco Corona quien empezó sus movimientos con la secretaria general del CEN del PRI, Carolina Monroy Del Mazo, habida cuenta que el ex delegado de Sedesol en la entidad, se dice ahijado político de quien fuera esposo de la diputada federal, Ernesto Nemer Álvarez, cercano al presidente Enrique Peña Nieto y coordinador de la campaña de Alfredo Del Mazo Maza en la contienda por la gubernatura por el Estado de México.
Estos movimientos pusieron bastante nervioso a Alejandro Arregui, quien se activó y recurrió a su amigo y padrino político, Alejandro Murat, gobernador de Oaxaca, y ex director general del Infonavit, con quien guarda una estrecha relación política. El mandatario oaxaqueño es otro de los cercanos al titular de Los Pinos, aunque sin la cercanía de ser mexiquense.
Aunque al principio la bancada priista logró imponer la agenda legislativa en el Congreso de Baja California, poco a poco la unidad mostrada se ha ido desvaneciendo.
A Alejandro Arregui le cuestionan el protagonismo, al ser él quien acapara los logros de los cinco diputados priista, los cuales en mayor o menor grado se han dado a la tarea de arrastrar el lápiz en varias iniciativas que colocaron a la bancada del PRI como la más influyente, pese a ser superada ampliamente por el grupo parlamentario de Acción Nacional.
Pero un grave error de Arregui, fue su sospechoso silencio cuando los diputados Bernardo Padilla, Marco Corona y Benjamín Gómez denunciaran haber sido alcanzados por la ola de inseguridad que aqueja a la entidad. Padilla sufrió robo en su domicilio cuando se encontraba ausente, Corona denunció el amago de hombres sospechosos merodeando su domicilio, y Gómez el cristalazo a su vehículo.
Pero Alejandro Arregui guardó silencio y hoy se aferra a una coordinación cuyo futuro se habrá definir cuando el PRI tenga nuevo dirigente estatal.