Tijuana con la incidencia más alta

Comparado con otras naciones en vías de desarrollo de América Latina, este país se encuentra en mayor desventaja para la atención de tuberculosis debido a la burocracia que impacta el diagnóstico oportuno y el abasto de medicamentos, afirma director de albergue para personas con VIH.

 



Por Lucía Gómez Sánchez



TIJUANA.- El diagnóstico tardío, la burocracia y el recurrente desabasto de medicamentos para la tuberculosis es sinónimo de muerte en México y en esta ciudad, que ocupa el primer lugar a nivel nacional en incidencia y mortalidad por dicha enfermedad.



Así lo sentenció Antonio Granillo Montes, director del albergue “Las Memorias”, dedicado a la atención de pacientes con VIH/Sida en condición de calle y muchos de ellos desahuciados.



A su regreso del taller: “Construyendo capacidades de abogacía en afectados por tuberculosis en América Latina y El Caribe” con sede en Lima, Perú, destacó cómo otros países del continente, también en vías de desarrollo como México, gozan de mejores sistemas y ministerios de salud que éste.



Aclaró que en este momento no enfrentan desabasto de medicamentos para pacientes con tuberculosis, pero recordó que el año pasado hubo una crisis en la materia e incluso oficialmente se desechó el apoyo de donación de las claves faltantes ofrecido por Brasil y Guatemala.



Dijo que el albergue Las Memorias sirve de parámetro para medir el grave problema de la tuberculosis, al registrar día a día y por muchos años cifras alarmantes de la enfermedad en la población vulnerable a la que atiende, contemplada mayoritariamente por personas con VIH en situación de calle debido a adicciones, migración y deportación y pobreza.



“La tuberculosis es la primera enfermedad agregada al Sida”, insistió; su relación con el el VIH es aún más estrecha que la de otros padecimientos que también se presentan como: meningitis, hepatitis, sífilis, sarcomas, herpes.



“La tuberculosis es la primera y lo marcan las estadísticas de la Secretaría de Salud”.



Granillo Montes mencionó que de ahí surge el interés del albergue Las Memorias por ofrecer a la población vulnerable con tuberculosis un pabellón donde pueda recibir tratamiento, hospedaje y todo lo necesario para evitar el abandono recurrente que provoca la drogorresistencia y en muchos casos la muerte.



El proyecto contempla contar con bolsa de trabajo y otras herramientas que permitan a los pacientes una mejor vida una vez que logren la cura.



Al conocer el trabajo de Las Memorias -que ya atiende a pacientes con VIH y tuberculosis- a través de una organización hermana en San Diego, la Coalición de las Américas de personas afectadas con tuberculosis otorgó al organismo una beca para asistir al taller de este mes en Lima, Perú, asentó.



Sin embargo, hay otros apoyos de instituciones académicas, religiosas y altruistas que permiten anticipar que el proyecto del pabellón para pacientes con tuberculosis se consumará.



Actualmente, indicó, no hay un lugar donde las personas en situación de calle, pobreza, adicciones y deportados con tuberculosis accedan al tratamiento de seis meses o hasta dos años en caso de drogorresistencia, a pesar de las coberturas de medicamentos ofrecidas en el sector salud.



Es necesario un espacio que otorgue las condiciones necesarias para evitar el abandono del tratamiento, insistió, y eso es lo que se pretende lograr con el pabellón.



Una iglesia con sede en Estados Unidos ha ofrecido la compra de un terreno cercano al albergue para la construcción del pabellón y organizaciones como Club Rotario Internacional, UCSD y otras esperan esa adquisición para hacer donativos, compartió.



Es necesario hacer algo, el bacilo está en el aire, está en todas partes y amenaza más a las personas con bajas defensas relacionadas a la desnutrición, las adicciones, la pobreza, entre otras condiciones, finalizó el activista que ahora es el suplente de Norteamérica en la Red de personas afectadas por tuberculosis en América Latina y el Caribe. (lgs)