En la política hay quienes llevan muchos años navegando en un mismo barco y han adquirido la habilidad para detectar los indicios de la zozobra que se avecina.

Por: Al SARREY
En el argot de la navegación se sabe que cuando las ratas abandonan el barco es porque el naufragio es inminente.

En la política hay quienes llevan muchos años navegando en un mismo barco y han adquirido la habilidad para detectar los indicios de la zozobra que se avecina.

Y pareciera que muchos priistas del Paìs ya ven venir la debacle del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que se vaticina para los comicios presidenciales del 2018.

En Baja California, ayer se dio a conocer la renuncia de militantes del tricolor, entre ellas la de José Luis Hernández Silerio, ex dirigente municipal del PRI, además de haber ocupado diversos cargos en las administraciones municipales, el más reciente en el trienio que encabezó el doctor Jorge Astiazarán Orci, al despachar como director de Vialidad y Transporte.

Apenas la semana pasada, el empresario David Saúl Guakil también decidió poner fin a su militancia en partido, llegando a ser incluso coordinador de la campaña del abanderado del PRI a la presidencia de la república, Enrique Peña Nieto. Previamente, unos cercanos a él ya habían renunciado.

Ayer, una fotografía que circulo en redes sociales mostraba al grupo de ex priistas departiendo o festejando la renuncia en torno a David Saúl Guakil, que pareciera estar empeñado en hacerle un boquete al que fuera su partido, porque se habla que en las próximas semanas más militantes también abandonarán la nave priista.

“Por el momento don Carlos no renuncia”. Esa fue la respuesta de una priista cercano a Carlos Bustamante Anchondo, ex alcalde de Tijuana, y cuyo nombre se mencionó como parte del grupo de priistas que ayer decidieron dejar su militancia, en algunos casos de más de 25 años.

Como se sabe, Carlos Bustamante se mantiene muy distanciado del priismo desde hace tres años. Cuando terminó su gestión, fue severamente cuestionado por su sucesor, el también priista Jorge Astiazarán, identificado con el también ex presidente municipal, Jorge Hank Rhon. El pleito entre ambos se prolongó a lo largo de la gestión del doctor y sigue…

El hasta ahora fallido intento de operar un casino que Carlos Bustamante construyó pretendió en las instalaciones del hotel de las emblemáticas torres de Tijuana, lo mantiene confrontado con sus antecesores correligionarios, en especial con el presidente del Grupo Caliente.

Y mientras, la nave priista en Baja California pareciera que no tiene quien lleve el timón. No se observa al capitán que pida a sus marineros no abandonar la el barco. Escondido en el puerto de mando, pero sin tener los controles en sus manos, pareciera estar en espera que el comandante supremo de la flota priista llegue a su rescate.

Pero el PRI en Baja California, como ha ocurrido con mucha frecuencia desde 1989, es un barco a la deriva… A nivel nacional, el pronóstico electoral preve una tormenta que hará zozobrar a la nave maestra priista… hay militantes que tienen esa capacidad y deciden abandonar la nave antes de la tragedia… máxime cuando algunos de ellos tienen los recursos para comprar otro barco y dar cabida a marineros que le son leales sin importar la bandera de la embarcación. Como las ratas que abandonan la embarcación, lo importante es sobrevivir.