Desde los 13 años de edad, Ezequiel batalló con el infierno de las drogas; hoy, se sabe rehabilitado y busca aprovechar todo aquello que no pudo durante 10 años.

La vida de Ezequiel no tenía un rumbo fijo. No distaba mucho de la de todos aquellos que, sumergidos en el mundo de las adicciones, no tienen un futuro claro. Vamos, ni siquiera tenía asegurado un nuevo despertar.

Todo comenzó por la réplica del ejemplo paterno en su casa, de ahí surgieron las drogas de más fácil acceso, para terminar en las más destructivas. El mundo se le cerraba, y su combustión interna apenas comenzaba.  

“Comencé a consumir marihuana y cristal desde los 13 años, durante estos últimos seis meses escribí mi historia y ahora me doy cuenta que todo empieza desde mi niñez, mi padre era alcohólico”, recuerda Ezequiel Valladares, de tan sólo 23 años de edad.  

Y es que, tras 10 años de batallar con el mundo de las drogas, hoy Ezequiel sabe que está ganándole la batalla a esa turbulencia que buscó engancharse y acabar con su vida. 

“En mi casa había violencia intrafamiliar, hoy doy gracias por esta nueva oportunidad de vida”, se sinceró. 

Y es así como Ezequiel, y otras 224 personas han concluido su tratamiento tras cumplir un proceso de entre 6 a 9 meses con un tratamiento integral, gratuito y voluntario para varones con adicción a través de una Comunidad Terapéutica de Rehabilitación y Reinserción Social en Tijuana.   

Apenas este miércoles, el Instituto Municipal Contra las Adicciones (IMCAD) realizó la ceremonia de graduación de la tercera generación en donde se reconoció a 74 personas, entre ellas Ezequiel. 

Actualmente, la Comunidad Terapéutica de Rehabilitación y Reinserción Social tiene cupo para 130 varones mayores de edad, señalando que el tratamiento de rehabilitación tiene una duración de hasta 9 meses y consta de apoyo médico, psicológico, consejería en adicciones y manejo de emociones a través del arte. 

 “Ustedes son un orgullo para Tijuana, el aprendizaje que han tenido durante los últimos meses aquí será de gran utilidad por el resto de su vida, ahora es momento de reencontrarse con su familia, de ser productivos y llevar una vida digna”, resaltó Mario Osuna, secretario de Desarrollo Social Municipal del municipio.  

Y es que, al inicio de este noviembre, Ezequiel puede tener muy seguro una cosa: su batalla contra las drogas la ha ganado, y el amanecer de un nuevo día sabe que lo tiene en sus manos.