Publicó los nombres Donald Wuerl, cardenal estadounidense de 77 años de edad, que ejercía como arzobispo de Washington y es acusado de haber encubierto a curas pederastas en la arquidiócesis de Pensilvania. Renunció el viernes.

WASHINGTON.- Los nombres de 31 sacerdotes acusados de abuso sexual contra niños fueron revelados por la arquidiócesis de Washington. Más de la mitad de los señalados fallecieron sin condena debido a los encubrimientos ante este tipo de delitos por parte de la iglesia.

Todos los sacerdotes mencionados en la lista ya fueron apartados de la Iglesia, los abusos contra menores de edad se habían cometido durante los últimos 70 años.

Se trata de casos conocidos y 17 de los 31 presuntos responsables que sirvieron a la jurisdicción ya murieron.

La revelación se produce días después de la renuncia del cardenal Donald Wuerl, quien publicó los nombres.

Dicho cardenal estadounidense de 77 años de edad, que ejercía como arzobispo de Washington, fue acusado de haber encubierto a curas pederastas y renunció el viernes a su cargo, lo cual fue aceptado por Papa Francisco.

"Esta lista es un doloroso recordatorio de los graves pecados cometidos por el clero, el dolor infligido a personas inocentes y el daño hecho a los fieles de la Iglesia, a quienes continuamos implorando perdón", dijo Wuerl en un comunicado. 

Lo acusan de negligencia frente a los actos de curas pederastas en Pensilvania de 1988 a 2006, donde fue obispo y usó su poder para silenciar el escándalo.

Un informe de un gran jurado describe en mil 356 páginas, 300 posibles casos de sacerdotes pederastas que cometieron abusos en contra de mil menores de edad antes del año 2000.

El documento fue hecho público por la Corte Suprema de Pensilvania, Estados Unidos y contempla como víctimas niños desde los 7 años de edad, así como varios adolescentes de ambos sexos.

El texto denuncia que los menores fueron manipulados de diversas maneras para acceder a los abusos de los sacerdotes, algunos de los cuales les dieron a beber sustancias para que no recordaran lo sucedido, aprovecharon un momento de soledad con los niños y los agredieron sexualmente de múltiples maneras.

El jurado aseguró haber escuchado el testimonio de decenas de testigos y revisar medio millón de páginas de documentos internos de las diócesis antes de elaborar el documento.

Criticó que en su momento, la iglesia ocultara los casos ahora demasiado antiguos para ser juzgados y que podría incluir muchos más no denunciados en los testimonios a los que los integrantes del jurado tuvieron acceso.