Luis Octavio Cotero Bernal, ex director general del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, cesado del cargo, dijo que ese mecanismo de almacenaje de cadáveres lo usaba desde 2015 la Fiscalía.

GUADALAJARA.- Los tráileres con caja refrigerada que hacían las veces de morgue en Jalisco, recorriendo Guadalajara con cadáveres, nunca se adaptaron como espacios frigoríficos de forense por lo que no cumplían las especificaciones para conservar restos humanos, revela un reportaje de Milenio.

Además, el gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval Díaz, que tan pronto como se dio a conocer la noticia el mes pasado cesó al director del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, tenía conocimiento no sólo de dicho método de almacenamiento de cadáveres, sino de que larvas salían de las bolsas por el estado de descomposición de los restos.

El reportaje de Milenio resalta que aún así las autoridades pagaban 20 mil pesos semanales por su renta y alquilaron al menos cuatro desde 2015, pagando como mínimo un millón de pesos al año por cada uno desde esa fecha.

Además, quien optó por esa alternativa para almacenar y trasladar los cuerpos fue la Fiscalía de Jalisco y lo hizo a una empresa que es proveedora de diversas dependencias del Gobierno del Estado desde 2012.

Luis Octavio Cotero Bernal, ex director general del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, hoy cesado del cargo, insistió a Milenio su dicho de que “era la Fiscalía la que estaba a cargo de ellos”.

“Nunca les importó dónde almacenar los cuerpos, estaban ahí desde hace dos años, tenía médicos que hacían el trabajo de subir y bajar los cuerpos, porque no tenía personal que lo hiciera, nunca me quisieron dar el presupuesto para ello”, agregó.

Sostuvo que él mismo le informó al gobernador Aristóteles Sandoval que había cuerpos en mal estado y muchos de ellos tenían larvas saliendo de las bolsas.

A mediados del mes pasado, fue revelado que un tráiler con caja refrigerada hacía las veces de morgue en Jalisco, recorriendo Guadalajara con 157 cadáveres; hecho que derivó en el cese del titular del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses y causó indignación en familiares de desaparecidos.

Ahora se sabe que lo único con lo que contaban esas cajas -disponibles en el marcado de nueve, 13 y hasta 24 toneladas, y con dimensiones de hasta 53 pies- era con un aparato que se ubica en el frente y tiene capacidad de enfriamiento de -20 grados.

Sin embargo, que se cumpla con esa temperatura depende también de lo que se coloque en su interior, porque el producto de almacenaje afecta la viabilidad de congelamiento.

En el caso de los cuerpos, al tratarse de decenas, éstos se iban descomponiendo por la incapacidad del mecanismo de mantenerlos congelados, provocaban el crecimiento de microorganismos y larvas y un fuerte hedor a descomposición humana que provocó que se descubriera el método de almacenamiento de cadáveres empleado por autoridades jaliscienses.

Con información de Milenio