El Departamento de Estado ubicó a Tijuana, Playas de Rosarito, Mexicali, Tecate y Ensenada, como inseguros. Un punto a destacar fue el caso específico de La Rumorosa, carretera y zona que las autoridades estadounidenses recomiendan no transitar por las noches.

Por Alberto Sarmiento Reyes / Hiptex



La alerta emitida por el Departamento de Estado de Estados Unidos, en la que incluye a Baja California en la lista de lugares inseguros para sus ciudadanos… no asustó a nuestras autoridades.



Baja California vive, como otras muchas entidades del País, la peor ola de inseguridad, con cifras históricas en incidencia delictiva, muy por encima de naciones que se encuentra en medio de una guerra civil.



Por lo que toca a la entidad, es Tijuana la ciudad que concentra la más alta incidencia en homicidios violentos, que suman en lo que va del año ya más de mil.



“Aconsejamos a los ciudadanos estadounidenses que registren sus planes de viaje aquí usando el Programa Inteligente de Registro del Viajero (STEP), y que lean la información específica por país que también se encuentra en ese sitio”, establece la alerta emitida el martes por el Gobierno de los Estados Unidos.



Para luego citar a Baja California, Baja California Sur, Chiapas, Colima, Guerrero, Quintana Roo y Veracruz, con las entidades inseguras para sus ciudadanos que tengan planes de visitar México.



En el caso de Baja California, el Departamento de Estado ubicó a sus cinco municipios: Tijuana, Playas de Rosarito, Mexicali, Tecate y Ensenada, como inseguros. Un punto a destacar fue el caso específico de La Rumorosa, carretera y zona que las autoridades estadounidenses recomiendan no transitar por las noches.



Aunque las autoridades estatales y municipales no han reconocido, en la espectacular carretera que comunica a Mexicali con la zona costa, viene operando un grupo criminal que se dedica, entre otras actividades, a asaltar automovilistas.



Es evidente que el gobierno del vecino país tiene información de primera mano para emitir sus alertas no solo en México sino en cualquier parte del mundo.



Pero la alerta no asustó a nuestras autoridades ni a los servidores turísticos, quienes tomaron como elementos para minimizar la inclusión de la entidad en la Lista Negra del vecino país los estadísticas en materia de ocupación hotelera, derrama económica en el sector gastronómico… en general la afluencia de visitantes extranjeros a todos los destinos que ofrece la entidad.



Basta con observar cada fin de semana el gran movimiento que registra la Ruta del Vino en Ensenada, el Pueblo Mágico en Tecate, la zona costera de Playas de Rosarito, el corredor gastronómico de Tijuana… para reconocer que el sector turístico de la entidad vive su mejor momento.



Algunos servidores turísticos sostienen que la Alerta del Departamento de Estado va dirigida a proteger el mercado local de aquel país, y utilizan el tema de la inseguridad para asustar a sus ciudadanos.



Y tal vez sea cierto, en parte.



Pero lo que no se puede negar es que la incidencia delictiva en los cinco municipios de la entidad va a la alza.



Tijuana, Ensenada y Playas de Rosarito, registran los más altos índices de homicidios de su historia, lo que en caso de Tijuana es algo más preocupante porque supera incluso la cifra de la década pasada cuando   se libró la cruenta guerra por el control de la plaza entre Teodoro García Simental y el Cártel de los Arellano Félix.



Ojalá que la alerta no asuste a los potenciales turistas estadounidenses como no asustó a nuestras autoridades.



Tal vez la los homicidios que a día se registran en Tijuana y otros municipios de la entidad no alcanzan los niveles de espectacularidad que caracterizó a los cometidos hace unos diez años, pero en cuanto a cantidad ya ha sido ampliamente superada.



Apostar por la percepción en el tema de la inseguridad no es el camino, ignorar el mensaje de los Estados Unidos tampoco lo es.



Si la alerta no asusta, debe asustar la escalofriante cifra de homicidios, de robo con violencia, de robo de vehículos… de una incidencia delictiva que al menos el Departamento de Estado del vecino país si toma en cuenta cuando se trata de proteger a sus ciudadanos.