Al reducirse impuestos también crecerá la capacidad de compra, pero el llamado es hacia la mesura para no crear especulación. De acuerdo a la academia el efecto inflacionario temporal podría ser de un punto porcentual.

Lucía Gómez Sánchez/ HIPTEX

TIJUANA.- La Zona Libre anunciada por el presidente electo Andrés Manuel López Obrador provocará un efecto positivo en el empleo, el consumo y la derrama económica, pero la población debe ser mesurada para no crear una burbuja inmediata de especulación que derive en más inflación.

En la inmediatez, aparejado a que su puesta en marcha sería en diciembre cuando tradicionalmente se dispara la adquisición de bienes, podría aumentar un punto porcentual la inflación regional, creando un escenario inflacionario temporal, advirtió Ricardo Cortez Sánchez, académico de posgrado en IBERO Tijuana.

El profesor de la Maestría en Gestión y Políticas Públicas de la Universidad Iberoamericana Tijuana, insistió en que el efecto positivo inmediato que traería la Zona Libre a la región será el aumento del empleo desde el primer trimestre, independiente a la calidad y paga de los trabajos, incremento en el consumo por la disminución de gravámenes como el IVA y el ISR y mayor variedad de compra.

Habrá una mayor oportunidad de incentivar el volumen del consumo, incluidos en ello a los sectores más vulnerables con el efecto de sustitución, tanto en número como en calidad.

Sin embargo, para que la política pública federal sea aprovechada a su máxima capacidad deberá ir acompañada por medidas locales y estatales que incentiven la oferta de productos locales, la proveeduría, la mejora en la calidad de los empleos y la distribución equitativa del ingreso, a la par de la desincentivación de la fuga de consumidores.

“Es responsable atender lo que ya hicimos mal” y eso debe remediarse con medidas locales a mediano y largo plazo aparejadas a la política federal que no se han tomado en coyunturas similares anteriores.

Desde finales de la década de los 30 del siglo pasado, recordó Cortez Sánchez, la franja fronteriza ha contado con concesiones del gobierno federal como paliativo, ajuste o rescate que en su momento no han sido acompañadas de políticas locales que las refuercen y lleven a su máximo aprovechamiento.

Ha habido falta de medidas de control o incentivos locales. En la década de los 90, durante el auge de la Zona Libre se protegió al sector comercio y servicios que desde hace más de 10 años pedía la restitución del régimen.

No obstante, este tipo de medidas con vigencia fluctuante en los últimos 50 años no se han logrado aprovechar ni a la mitad de su potencial ante la carencia de correlación inmediata.

“Es pertinente ante la ola de entusiasmos y versiones positivas iniciar trabajos urgentes desde los gobiernos estatales y municipales para establecer un paquete de incentivos desde esos niveles que promuevan la proveeduría desde las microempresas, la generación de conocimiento y empleos mejor pagados, la retención de consumidores y la mejor distribución de la riqueza”, opinó.

También, que líderes empresariales del sector comercio y servicios se manifiesten y propongan dejando atrás la pasividad que también ha abonado a que en ocasiones pasadas no se logre la transición hacia mejores productos, empleos, distribución de la riqueza y retención de consumidores.

Se debe tomar en cuenta que el incremento en las oportunidades de trabajo promovido por los incentivos fiscales y posibles nuevas inversiones, así como por el anunciado aumento al doble del salario mínimo, atraería más migración a la entidad, provocando un inminente encarecimiento de las condiciones de vida, resaltó.

Además hay que tomar en cuenta “las letras pequeñas”, todos los efectos como el de una merma en la parte recaudatoria al menos en el corto plazo, que se deberá sopesar correctamente para no caer en más deuda.