Las superbacterias matarían a 10 millones de personas en el mundo cada año a partir de 2050.

CIUDAD DE MÉXICO.- Las superbacterias -inmunes a los fármacos conocidos a causa de mutaciones espontáneas- causarán la muerte a 10 millones de personas cada año a partir de 2050, casi dos millones más de fallecimientos que los provocados por el cáncer, de acuerdo a un informe elaborado para el gobierno británico.

Sin embargo, un equipo de científicos chinos anunció un potencial candidato a sumarse a la lista de bacterias del género Streptomyces, habitantes del suelo y amantes de la vegetación en descomposición, que han servido de fuentes de antibióticos.

Se trata de la albomicina δ2, una molécula que llegaría en un momento crítico, luego de que en 2017 la Organización Mundial de la Salud alertó de que se necesitan “urgentemente” nuevos antibióticos contra 12 familias de supermicrobios peligrosos para el ser humano, como el Streptococcus pneumoniae, sin sensibilidad a la penicilina y el Staphylococcus aureus, resistente a la meticilina.

El equipo de científicos chinos liderados por Yun He ha demostrado que su albomicina δ2 sintetizada en laboratorio es eficaz contra estas cepas bacterianas aisladas de pacientes reales de hospitales chinos.

La molécula es 16 veces más eficaz que el antibiótico ciprofloxacino contra una virulenta cepa de Staphylococcus aureus, resistente a meticilina, una bacteria que puede provocar infecciones muy graves en personas con cáncer o sometidas a diálisis renal.

Las bacterias del género Streptomyces han sido históricamente una de las principales fuentes de antibióticos, algunos de ellos tan conocidos como el ácido clavulánico, la tetraciclina, la estreptomicina y el cloranfenicol.

Las albomicinas se aislaron por primera vez tras la Segunda Guerra Mundial, en 1947, a partir de otras bacterias del suelo, las Streptomyces griseus.

Llegaron a ser “utilizadas con éxito para tratar infecciones bacterianas en la Unión Soviética”, según el equipo del químico Yun He, de la Universidad de Chongqing, en el centro de China.

En 1955, el biólogo ruso Georgii Frantsevich Gause calificó al antibiótico soviético como especialmente efectivo contra neumonías en niños y en complicaciones derivadas de la disentería y el sarampión.

El grupo de Yun He ha logrado sintetizar en el laboratorio una de estas albomicinas, la δ2 (delta dos), con lo que se podrán intentar introducir cambios para mejorar sus características antibióticas, los avances fueron dados a conocer en la revista Nature Communications.

Con información de El País