La señal es muy clara, el priismo sumiso ante el Presidente de la República ha abierto la posibilidad para que José Antonio Meade sea su candidato a la presidencia.

Por Alberto Sarmiento Reyes / Hiptex



Atrapado en los niveles más bajos de popularidad y cuestionado por los hechos de corrupción de que ha sido objeto en su gestión, el Presidente Enrique Peña Nieto ha decidido convertirse, como sus antecesores priistas, en el gran elector de su partido.



Como lo fueran en su momento Carlos Salinas de Gortari, Miguel de la Madrid Hurtado, e incluso el propio Ernesto Zedillo Ponce de León, Peña Nieto ha determinado ser quien decida el candidato a la Presidencia de la República por su partido, el Revolucionario Institucional (PRI).



Matizado con varias mesas de trabajo previas a la XXII Asamblea Nacional del PRI, a celebrarse este sábado, el Presidente de la República ha decidido asumir el mítico papel de “primer priista del País” y ser quien mediante “El Dedazo” fije el rumbo de su partido para los comicios federales que se avecinan.



Por lo pronto, la primera señal ha sido contundente. Enrique Ochoa Reza, dirigente nacional del PRI, viene realizando su trabajo como si su cartera fuera una más del gabinete presidencial.



En un hecho histórico, el priismo ha aprobado eliminar los “candados” para que un “ciudadano” pueda ser su candidato presidencial. Los únicos requisitos que se le impondrán al “externo” es que arrope los principios del tricolor y que tenga una trayectoria limpia sin vínculos con actos de corrupción.



Esta reforma estatutaria ha sido interpretada como la avanzada de lo que será la designación del candidato presidencial… un traje hecho a la medida del secretario de Hacienda, José Antonio Meade Kuribreña, quien tiene en su carrera haber sido secretario de estado en cinco ocasiones, dos con el panista Felipe Calderón Hinojosa y tres con el priista Peña Nieto.



De todos los aspirantes presidenciales por el PRI, Meade era único que no cumplía con el requisito de militancia de 10 años en el tricolor. Algo que igualmente limitaba Aurelio Nuño y José Narro Robles. Pero para los priistas, ese sigue siendo un requisito… Meade no es priista… así de sencillo.



Pero Peña Nieto sabe que debe cuidar su salida… La posibilidad de un triunfo de Andrés Manuel López Obrador, implica un enorme riesgo político e incluso legal para el hoy Presidente de la República. Una venganza del presidente del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) se observa en un posible escenario.



Por ello Peña Nieto ha decidido ir más allá. Además de eliminar los candados para loa candidatos priistas, porque la reforma aplica para cualquier puesto de elección popular, igualmente impuso otra reforma que hasta el momento no se ha dimensionado.



Se trata de la prohibir la reelección inmediata de legisladores que llegaron a ese cargo por la vía plurinominal. Reforma dirigida a la llamada clase política priista… que tiene en estos momentos a César Camacho Quiroz, Emilio Gamboa Pascoe, Enrique Jackson, Carlos Romero Dechamps, por citar solo los casos más emblemáticos y de los más cuestionados.



De un plumazo, Peña Nieto, a través de Ochoa Reza, les ha cerrado la posibilidad de brincar del senado a la cámara de diputados o viceversa, como han venido realizando muchos priistas de la llamada clase política pero que Salinas de Gortari llamó la nomenclatura.



Eso abre la posibilidad que Peña Nieto llevará mano en la designación de los candidatos a diputados federales y a senadores por su partido.



De hecho es muy probable, ante el escenario adverso que enfrenta el Presidente de la República y su partido, centre un mayor interés en contar con una buena cantidad de priistas aliados en el Congreso de la Unión… quienes no dudarán en hacerle frente a los embates políticos provenientes principalmente de la próxima bancada de MORENA.



Sacar la candidatura de José Meade no parece mayor complicación, lo realmente complicado es que gane la elección presidencial. Pero tener la mayor cantidad de aliados en el Congreso Federal si que es una prioridad en Los Pinos.