Desde su llegada a Tijuana, se convirtió en pionero de la televisión en la frontera del norte del País, al conducir el primer programa en vivo y en idioma español: Tele Miscelánea, que se trasmitía en el Canal 6 de Tijuana.

Por Alberto Sarmiento Reyes / Hiptex



Hoy que las redes sociales y la tecnología que las soportan, permiten transmitir en vivo cualquier hecho que el usuario considere conveniente, el término “control remoto” suena bastante remoto.



Pero lograr, en el año 1946, el primer “control remoto” en la República Mexicana de ciudad a ciudad, esa sí que fue una verdadera hazaña para el periodismo de la época.



Un joven de 27 años fue el responsable de semejante proeza para la radio mexicana. Su nombre, Luis Franco Prado.



Instalado en la Plaza de Toros de Irapuato, Guanajuato, el joven periodista y locutor se enlazó a la Comarca Lagunera, a través de la Radiodifusora XEDN de Torreón, Coahuila, para transmitir en vivo la reaparición de diestro Manuel Rodríguez “Manolete”, quien apenas semanas antes había tomado parte en la inauguración de la Plaza México.



Ayer, en el día en que habría de cumplir 98 años de edad, el joven de esa hazaña dejó de existir en Tijuana, ciudad a la que llegó en la década de los 50`s y desde entonces siguió haciendo periodismo.



Desde febrero pasado Don Luis Franco fue internado al presentar un cuadro de infección e insuficiencia pulmonar, y aunque tuvo algunas mejoras, finalmente tuvo recaídas que le obligaron a alejarse de los micrófonos de la radio.



De manera intermitente siguió con su labor periodística como conductor de espacios  radiofónicos que en la última etapa de su vida seguían siendo su pasión.



Cuando se le preguntó acerca de sus más grandes satisfacciones personales, Don Luis no dudaba en señalar ese “control remoto”.



Pero igualmente desde su llegada a Tijuana, se convirtió en pionero de la televisión en la frontera del norte del País, al conducir el primer programa en vivo y en idioma español: Tele Miscelánea, que se trasmitía en el Canal 6 de Tijuana.



Fue en ese espacio donde surgieron muchos artistas como el grupo musical “Los Alabastrinos” y  el comediante “Beto El Boticario”, que a los años alcanzara proyección nacional, ya instalado en el Distrito Federal.



En total, Don Luis Franco Prado dedicó más de 70 años a los medios de comunicación. Nacido en Guadalajara, Jalisco, el 7 de agosto de 1919, muy joven con su familia se trasladó a Cananea, Sonora.



A los 20 años de edad, se inicia como locutor profesional en esa ciudad, pero, como era requisito en aquellos años, debió sustentar su examen profesional de locución en la Ciudad de México, D. F. en Noviembre de 1942.



Entre 1939 a 1960 colaboró en diversas radiodifusoras en Mazatlán y Culiacán, Sinaloa; Guadalajara, Jalisco; Guanajuato, León y Celaya, Guanajuato; Minatitlán, Veracruz; Tampico, Tamaulipas; Torreón, Coahuila y en Mexicali y Tijuana, Baja California.



Su labor de locutor la combinó con una faceta que igualmente le fascinó, participar en radionovelas, como “Anita de Montemar”,  “Chucho El Roto”, “El Diario de Susana Galván”, “La Dama de las Camelias”, entre muchas más, conociendo y conviviendo con los grandes artistas de la época como la primera actriz Carmen Montejo, cuando estaba recién llegada de su natal Cuba.



Para finales de 1948, Don Luis Franco llegó a Baja California como animador de la Caravana Monte Carlo 20, se hizo cargo de la Radio Difusora XEXX, a petición de su propietario Fernando Rodríguez, e hiciera mancuerna con José Castillo Leucone, también ya desparecido.



Siendo autodidacta, Don Luis Franco logró destacar en el periodismo, lo mismo televisión, radio o prensa escrita.



Otras de sus satisfacciones personales, según lo comentó, fue haber visto nacer y ser parte como locutor oficial, del Primer Gobierno Constitucional de la Baja California.



Muy seguramente, con la avalancha de las redes sociales que hacen pensar que todos sus usuarios son un periodista en potencia, el “control remoto” de 1946 realizado por el joven Luis Franco no alcance a ser anecdótico… pero mantenerse activo en una profesión por 78 años de manera ininterrumpida… al menos me obliga a escribir escribir este texto. Descanse en Paz.