Pacientes con muerte cerebral dan un último regalo a desconocidos: órganos que puedan salvar sus vidas y lo hacen a través de la buena voluntad de sus familiares, quienes aún sumidos en el dolor privilegian la empatía.

Por: Lucía Gómez Sánchez/ HIPTEX

TIJUANA.- Hacer la petición más complicada en el momento más dolido, ese es el reto que enfrenta la Coordinación de Donación de Órganos y Tejidos del Hospital General de Tijuana al procurar los órganos de un paciente con muerte cerebral ante sus familiares.

Lo que está de por medio es salvar la vida de terceros, para todos desconocidos. Tanto para el personal médico, como para el donador que ya no tiene esperanzas de sobrevivir y sus familiares, que de un momento a otro se enfrentan al dolor de perder repentinamente a uno de los suyos, sobre todo cuando la muerte cerebral se da producto de un evento fortuito, como un inesperado accidente.

“Es la petición más complicada en el momento más complicado”. De quien se está hablando es del hijo, la hija, el papá, el esposo o la esposa de alguien, es una persona que se ve como si aún existiera, pero que ya no está, explica Héctor Zepeda Guerra, coordinador de Donación de Órganos y Tejidos del Hospital General de Tijuana.





Insiste en que siempre es necesario tener muy en cuenta que no se habla simplemente de órganos sino del ser querido de muchas personas que se encuentran en una situación de dolor y a las que hay que aclarar todas sus dudas y hacerlo con tacto, cuidando siempre cómo se les expresa la situación.

El médico que reconoce nunca haber recibido un no a la solicitud de donación, comenta que antes de tener contacto con los familiares de una persona con muerte cerebral se aplica un protocolo en el que se confirma varias veces y de diferentes modos que el paciente tiene ese diagnóstico.

La muerte cerebral clínica debe ser confirmada con un estudio clínico en Terapia Intensiva y Neurología y otro confirmatorio que exige la ley y se lleva a cabo sin sedación para obtener certeza clínica, explica.

En Estados Unidos Unidos con el estudio clínico es suficiente, pero en México la ley exige uno confirmatorio que se lleva a cabo en todos los casos, menciona.

Aunque puede haber muchos casos factibles, la mayoría son descartados por enfermedades en los pacientes o el deterioro temprano de sus órganos tras el diagnóstico de muerte cerebral.

Así, sólo se habla de la solicitud de donación con los familiares cuando hay certeza de que la procuración puede terminar en exitosa, agrega.

Los familiares se encuentran en una situación de dolor, en un entorno muy complicado y a veces no entienden ni siquiera qué es la muerte cerebral.

Por eso se les cuestiona qué es lo que entienden del estado de su ser querido y de ahí se parte con el resto de la información.

Por ley, acota, la decisión está en poder del familiar más cercano, pero lo ideal es un consenso porque de ninguna manera se buscan desacuerdos entre seres queridos ni a corto ni a largo plazo.

Aunque cada hora que pasa puede llevar a que el trasplante no sea viable, nunca se trata de presionar, la explicación se ofrece a todos los involucrados en la decisión, refiere Zepeda Guerra.





La situación del cuerpo puede cambiar en horas, cada hora cuenta. Existen algunos que se deterioran en horas y otros pueden hacerlo en un par de días, pero todo repercute en los pacientes a los que se deseen trasplantar los órganos. De ahí la importancia de que el trasplante se efectúe lo más rápido posible.

La ley da dos opciones, continuar con evolución usando medicamento hasta que el cuerpo perece o desconectar.

Recuerda que de 2015 a la fecha, cuando comenzó a funcionar la Coordinación de Órganos y Tejidos a su cargo según lo estipulado por la Ley General de Salud, se han realizado 130 seguimientos a casos que no pudieron concluir debido a que el donador resultó no idóneo.

Todos implicaron varios días de seguimiento desde que se observó la posible evolución a muerte cerebral, un protocolo que en muchos casos dura hasta siete días.

En los dos candidatos idóneos, ambas familias han aceptado la donación y gracias a eso se pudieron llevar a cabo seis trasplantes, ambos riñones y un hígado en cada caso dándole oportunidad de sobrevivir a seis pacientes.

El más reciente se efectuó apenas el 06 de julio y por primera vez se incluyó en las entrevistas a los familiares a personal de Tanatología.

La gente sí dona, ha dicho que sí, pero los tiempos ganan y el paciente idóneo es difícil de encontrar, concluye.