Tan solo dos minutos, los ojos y músculos de tres compañeros se necesitan para que un inmigrante cruce la barda de seis metros de altura que separa México de Estados Unidos.

CIUDAD JUAREZ.- Dos hombres vigilan al pie de la barda, mientras otro se trepa y asume ser una suerte de peldaño humano, cuyo hombros, brazos y hasta su cabeza servirán de apoyo para que un migrante mexicano, alcance la parte más alta del cerco de acero y desde ahí el salto final a territorio estadounidense. 

Tan solo dos minutos, los ojos y músculos de tres compañeros se necesitan para que un inmigrante cruce la barda de seis metros de altura que separa México de Estados Unidos, lo cual para muchos es un acto de supervivencia, pero para el presidente Donald Trump es un acto problamente de ofensa o ultraje. 

El acto, ocurre en un punto de terrero desértico entre Ciudad Juárez y Sunland Park, Nuevo México, donde han pasado menos de 120 segundos. 

"No podía subir, se tardó mucho", se queja uno de los hombres asegurando que otros lo han brincado en un minuto, y antes de salir corriendo para no ser visto por la camioneta de la Patrulla Fronteriza estadunidense que hace rondas en la zona. 

Y es lo mismo que hizo el oaxaqueño, al seguir instrucciones precisas de sus ayudantes, corrió sin parar hasta llegar a unas casas que se alcanzan a ver desde el límite entre ambos países. 

Actos como estos, ocurren a diario es Juárez, pero hoy más que nunca son todo un desafío y aún más, desde que Trump ordenó esta semana el despliegue de hasta 4 mil elementos de la Guardia Nacional en la frontera con México, esto después de enterarse sobre una caravana de protesta de poco más de un millar de migrantes centroamericanos que pretendía llegar hasta la frontera. 

La movilización militar corona una escalada de furibundos ataques de Trump, iniciados desde el domingo, contra los migrantes y la supuesta inacción de México para impedir este flujo, que incluyó amenazas de retirar a su país del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), y propició un enérgico rechazo del presidente mexicano Enrique Peña Nieto. 

"Esta semana llegaron a Juárez cinco integrantes de la caravana migrante 2018, pero ya se fueron -cruzaron o intentaron cruzar a Estados Unidos", dijo el sacerdote Javier Calvillo, director de la Casa del Migrante de Juárez.