¿Dónde estaba este Peña Nieto? se preguntarán los mexicanos, que por años cuestionaron su gobierno y la estela de corrupción que le ha acompañado en su cuestionado sexenio.

Por: Alberto Sarmiento Reyes / Hiptex

Por fin. Los mexicanos debimos esperar más de cinco años para conocer y reconocer que tenemos un presidente que puede y sabe defender a un pueblo ávido de un líder… ausente en la mayor parte de este sexenio.

Con varios cientos de elementos de la Guardia Nacional de los Estados Unidos desplegados en la frontera con México, Donald Trump mandó el más hostil y ofensivo de los mensajes y acciones que ha dirigido hacia los mexicanos de ambos lados de la frontera.

En un inusual mensaje, por su firmeza, contenido y diplomacia, Peña Nieto asumió ayer su papel de Lord o Gran Tlatoani, que le profesan con sarcasmo  usuarios de redes sociales.

A diferencia de otros mensajes que le ha enviado a Donald Trump, el de ayer fue directo: si desea llegar a acuerdos con México, “estamos listos”, como lo hemos demostrado hasta ahora, siempre dispuestos a dialogar con seriedad, de buena fe y con espíritu constructivo.

Y como en el box, el uno-dos: “Si sus recientes declaraciones derivan de una frustración por asuntos de política interna, de sus leyes o de su Congreso, diríjase a ellos, no a los mexicanos. No vamos a permitir que la retórica negativa defina nuestras acciones”.

Ya sea porque es considerado el presidente más guapo y carismático, o porque era oportuno retomar una de sus frases célebres, Peña Nieto apuntaló su mensaje evocando a John F. Kennedy: “no tendremos miedo a negociar. Pero nunca vamos a negociar con miedo”.

Palabras que Kennedy pronunciase el 20 de enero de 1961 al asumir la Presidencia de Estados Unidos, en plena guerra fría con la entonces Unión de República Soviéticas Socialistas (URSS), a cuyos dirigentes dirigió estas palabras: “Así que empecemos nuevamente. Recordemos ambas partes que la civilidad no es una señal de debilidad, y que la sinceridad siempre se somete a prueba. Que nunca negociemos por miedo, pero nunca temamos negociar”.

Esta vez Peña Nieto sí hizo la tarea y la hizo bien. 

Aunque no faltara quien cuestione que no haya empleado frases propias. 

No tuvo empacho en retomar lo dicho por Ricardo Anaya, Andrés Manuel López Obrador, José Antonio Meade y Margarita Zavala, quienes coincidieron en condenar el despliegue militar ordenado por Trump en la frontera con México.

Ahora que las redes sociales te condenan o entonan, Peña Nieto logró que su mensaje alcanzara cifras insólitas en sus cuentas y, lo más importante, la interacción de los usuarios fue de apoyo y términos mayoritariamente amigables, algo poco común para el “Lord” de los mexicanos.

¿Dónde estaba este Peña Nieto? se preguntarán los mexicanos, que por años cuestionaron su gobierno y la estela de corrupción que le ha acompañado en su cuestionado sexenio.

Tras recibir el reconocimiento y respaldo de la mayoría de los mexicanos, que finalmente se sintieron bien representados, no pocos priistas se estarán preguntando, a unos meses de enfrentar la más adversas de las contiendas electorales: ¿por qué hasta ahora Peña Nieto?