Con una inversión conjunta con Conagua, este año se repondrán 4 de las 10 bombas.

TIJUANA.- Con el objetivo prevenir que se presenten derrames y con ello mantener la cuenca del Río Tijuana libre de contaminantes, la Comisión Estatal de Servicios Públicos de Tijuana (CESPT), invierte en el fortalecimiento de la infraestructura de saneamiento.

El Director de CESPT, Miguel Lemus Zendejas, informó que se realizarán importantes obras para el mejoramiento de dos plantas de bombeo claves en el sistema de alejamiento de aguas residuales como lo son la Planta de Bombeo 1 (PB1)  y la Planta de Bombeo CILA, localizadas sobre la Avenida Internacional.

En este sentido, explicó que para la PB1 se realizará una inversión conjunta con la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) de 34 millones de pesos para reponer 4 de 10 bombas centrífugas con motores de 700 caballos de fuerza, esto con el fin de eficientar la operación de la misma. Además, el año entrante se contempla reponer otras 4 bombas hasta concluir con la renovación de la totalidad.

De igual manera, se rehabilitará la subestación eléctrica que abastece de energía la planta de bombeo de manera que ésta cuente con una mayor capacidad de recepción de energía para permitir la operación simultánea de todos los equipos.

Por otra parte, el funcionario estatal dio a conocer que en el caso de la PBCILA se adquirirán equipos de respaldo de generación eléctrica para garantizar que, ante cualquier contingencia en el suministro de energía, esta instalación continúe trabajando.

“Estas obras de mantenimiento se suman a las acciones que CESPT ha realizado desde 2017 con la reposición de distintos tramos en 5 colectores, los cuales presentaban fracturas así como la adquisición de equipo especializado para el desvío de aguas negras”, expresó.

Finalmente, Lemus Zendejas reiteró que este año se continuará trabajando en la reposición de más tramos de los colectores Poniente, Insurgentes, INV  y el subcolector Cañón del Sainz; para lo cual se contará con recursos propios, así como de la CONAGUA y de la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA por sus siglas en inglés), con la finalidad de que se garantice la óptima conducción de las aguas negras hacia las plantas de tratamiento.