Darinel había hecho su propio pacto con Dios; no quería quedarse durante 11 años en la cárcel, pues su deseo era salir a servir en la iglesia. Su petición se cumplió: un juez lo dejó en libertad.

TUXTLA GUTIÉRREZ, CHIAPAS.- Darinel López Pérez fue una de las 18 víctimas que dejó la caída de un autobús a un barranco de 120 metros de profundidad el pasado domingo con integrantes de la Iglesia Adventista en Chiapas.
Darinel regresaba jubiloso del municipio de Pijijiapan, donde había participado, entre viernes y sábado, en el congreso de su iglesia, en concursos para memorizar versículos de la Biblia y convivido con miembros de otras iglesias de la costa.
Hace apenas 30 días, el joven de 27 años de edad temía una sentencia de 11 años de prisión y pidió al pastor Rigoberto Pérez Velázquez, en la comunidad de El Amate, del municipio de La Trinitaria, que acudiera al Centro de Reinserción donde estaba internado para que lo bautizara.
También le hizo una petición: que oraran por él, porque había hecho un pacto con Dios y pedía solidaridad de los feligreses, porque no quería quedarse durante 11 años en la cárcel, pues su deseo era salir a servir en la iglesia. Su petición se cumplió: un juez lo dejó en libertad.
Al salir de la prisión, Darinel se dedicó a servir fervientemente a la iglesia y hace apenas 15 días colaboró en las tareas durante la realización de una conferencia evangélica, amenizada por Pascual y Gladis, dos cantantes conocidos entre la feligresía de la Iglesia del Séptimo Día.
Desde su liberación, el joven ya no escuchó música grupera y prefirió la cristiana. “Darinel estaba con todo en la iglesia”, rememora el pastor Rigoberto, quien no da crédito de lo sucedido.
Leydy había pedido permiso para ir a congreso. Leydy del Carmen Cruz López, de 21 años, fue de los tres jóvenes nativos de El Amate que perdieron la vida en el camión desbarrancado. En total fueron 16 los integrantes de esa comunidad los que viajaron hacia el congreso en la costa y que hoy están internados en varios hospitales.
Desde niña, Leydy llegó con sus padres a la iglesia y cuando creció le gustaba atender a los niños que asistían a los cultos del día sábado. Egresada de la carretera de enfermería, Leydy estaba entusiasmada con el viaje que realizaría a Pijijipán y había suplicado a sus jefes del sanatorio donde laboraba que le permitieran ausentarse el día sábado, pero que estaría de regreso el domingo a temprana hora para trabajar.
No había sábado que faltara a la iglesia, pero cuando las cosas se complicaban y creía que no le darían permiso para asistir, sus compañeras decían que podían suplirla en el cargo para atender a los párvulos; siempre estaba puntual en los cultos que iniciaban a las 10:00 horas.
Hoy, los feligreses de la Iglesia Adventista oraron y pidieron resignación por las víctimas que dejó el accidente. Una mujer que tomó la palabra dijo “es difícil aceptar momentos tan dolorosos como estos, pero por eso Dios te alabamos esta tarde”.
Junto a Leydy y Darinel, los feligreses de la Iglesia Séptimo Día velaron el cuerpo del joven Erick Morales Pérez, los tres originarios de El Amate, que se vistió de luto esta semana.