Pese a la tensión, acrecentada por sus propias exigencias en la mesa negociadora, Ross piensa que todavía hay posibilidades para que se forje un acuerdo que sea aceptado por las tres partes.

Vía/ElPaís

WASINGTON,EU.- Desafío a tres días del inicio en México de la quinta ronda de negociaciones para la actualización del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLC). El secretario de Comercio de Estados Unidos, Wilbur Ross, ha advertido este martes de que un potencial fracaso en la renegociación –hoy más posible que nunca tras las controvertidas propuestas estadounidenses en la cuarta ronda– tendrá un efecto “devastador” para México y perjudicará también a Canadá.

“Será mucho más dañino para ellos que para nosotros”, ha afirmado Ross al tiempo que apelaba a sus socios a entrar en razón. Tanto el Gobierno mexicano como el canadiense han calificado de "inaceptables" las tres ideas puestas encima de la mesa por EE UU: elevar el contenido regional mínimo que deben los coches ensamblados, fijar un porcentaje más alto para los componentes estadounidenses y establecer una cláusula de extinción del pacto comercial si pasados cinco años los tres países no acuerdan prorrogarlo.

Las dos últimas son las que más ampollas han levantado en la Ciudad de México y en Ottawa, al no estar incluidas en ningún tratado de libre intercambio del planeta. "Son inadmisibles", apunta un alto empresario mexicano consultado por EL PAÍS. La propia industria automotriz ha rechazado frontalmente estas propuestas y la agencia de calificación de riesgo Standard & Poor's ha advertido del daño para la industria estadounidense y la economía general derivado de un fracaso. Con todo, el jefe de la negociación por el lado mexicano, Ildefonso Guajardo, ha afirmado este martes que su país pondrá encima de la mesa a partir de este viernes una serie de contrapropuestas a lo planteado hasta ahora por el equipo de Trump. "Esas respuestas tendrá una dirección muy lógica de lo que hemos oído del mundo empresarial de México y EE UU", ha subrayado Guajardo.

Pese a la tensión, acrecentada por sus propias exigencias en la mesa negociadora, Ross piensa que todavía hay posibilidades para que se forje un acuerdo que sea aceptado por las tres partes. Es más, considera que el lenguaje que se plasme en el nuevo tratado podrá servir base para la negociación de futuros acuerdos bilaterales. Pero si las discusiones no avanzan, reitera que el presidente Donald Trump está dispuesto a apartarse y buscar un pacto por separado con cada país. Esa vía, la bilateral, es la que tanto México como Canadá quieren evitar.

Máxima tensión

Washington trata, una vez más, de medir la fuerza de sus adversarios en la negociación. El secretario de Comercio de la primera potencia mundial da también una indicación de calendario para que se forje el acuerdo, al decir que el borrador del tratado que regirá los intercambios comerciales entre los tres países debería estar listo para “final de marzo”. Wilbur Ross hizo estos comentarios en un evento organizado por The Wall Street Journal. Entre este viernes y el martes de la semana que viene, las delegaciones estadounidense, mexicana y canadiense volverán a sentarse a negociar con la intención de limar las abultadas diferencias surgidas en la cuarta ronda, que se celebró el mes pasado en Washington. Aunque Ross insiste en que lo ideal sería llegar a un pacto utilizando como base el marco actual, el acuerdo parece, en este momento, más lejano que nunca.

En los últimos días, el Ejecutivo mexicano también ha optado por elevar el tono frente a las continuas provocaciones estadounidenses. El sábado, el canciller Luis Videgaray amenazó con reducir la cooperación en seguridad e inmigración con EE UU si Washington opta por liquidar el TLC. "Es bueno cooperar con EE UU en seguridad, migración y otros asuntos", dijo Videgaray en una entrevista concedida a Bloomberg. "Pero es un hecho de la vida y una realidad política que un mal resultado en el TLC tendrá impacto sobre esto. No queremos que ocurra y, por ello, estamos trabajando duro para lograr un buen resultado [en la renegociación]". El lunes, el secretario de Exteriores y hombre fuerte del Ejecutivo presidido por Enrique Peña Nieto (PRI) subrayó que tanto el Banco de México como la Secretaría de Hacienda preparan sendos planes de respuesta ante una eventual cancelación del TLC.

En paralelo a la renegociación con EE UU, del que dependen ocho de cada 10 dólares en exportaciones mexicanas, tanto el país latinoamericano como Canadá negocian con otros ocho países de América del Sur, Asia y Oceanía la entrada en vigor del Tratado Comercial Transpacífico (TPP, por sus siglas en inglés), del que Trump sacó a su país en enero. Más libre comercio frente a la ola proteccionista a la que se ha subido Washington, otrora abanderado del liberalismo.