Una de las bacterias más peligrosas en las últimas décadas es la perteneciente al género Stenotrophomonas, que incluso ha elevado sus posiciones en el ranking de los patógenos oportunistas de gran riesgo.

 



Ante la resistencia de algunas bacterias a los antibióticos, investigadores de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) realizan estudios en un grupo de ellas para determinar sus perfiles y avanzar en una nueva generación de medicamentos.

El investigador del Centro de Ciencias Genómicas, campus Morelos, Pablo Vinuesa y su equipo de colaboradores trabajan para conocer más sobre estos organismos, de acuerdo con la Gaceta de la UNAM.

Mencionó que una de las bacterias más peligrosas en las últimas décadas es la perteneciente al género Stenotrophomonas, que incluso ha elevado sus posiciones en el ranking de los patógenos oportunistas de gran riesgo.

Si bien la bacteria que no es particularmente virulenta, un paciente con el sistema inmune debilitado o que está en cuidados intensivos, son susceptibles de ser colonizadas por bacterias oportunistas, expuso.

“Es muy delicado infectarse después de un trasplante o algún otro logro de la medicina moderna que implica el uso intensivo de antibióticos, debido a que hay muchas bacterias que son panresistentes, es decir, resistentes a todas las clases de antibióticos que se usan en la clínica”, dijo.

Ello porque estas tienen la oportunidad de acabar colonizando todo el cuerpo, causando infecciones terribles y sistémicas que pueden ser mortales, advirtió al explicar que todo lo que conlleva inmunosupresión nos hace muy susceptibles porque no tenemos nuestras propias defensas activas y hay que aplicar altas dosis de antibióticos.

Es así, que el investigador y su equipo buscan géneros determinados, sobre todo Gammaproteobacterias, una clase de bacterias que incluye diversas especies de importancia médica, ecológica y científica, por su capacidad innata de interaccionar con más bacterias y con células eucarióticas, desde unicelulares hasta plantas o humanos.

“Estamos analizando cómo emergen estos microbios desde poblaciones que estudiamos en el ambiente (sedimentos, columnas de agua de ríos). De ahí hemos sacado bacterias muy resistentes y los patógenos más preocupantes en la clínica.

"Una vez colectadas las muestras, en el laboratorio se aíslan, se cultivan y se hacen exámenes genéticos basados en el estudio de algunas secuencias claves para identificar a qué genero pertenecen. Después se determinan sus perfiles de resistencia, enfrentándolas a distintos tipos de antibióticos", puntualizó.