“En el supermercado no nos pagan nada por lo que hacemos, prácticamente vivimos de las propinas, pero lo que sí hacen, es darnos, cuando salimos, un bolsota de pan”.

“Yo ayudo a la gente a llevar el mandado a sus carros, y luego recojo lo carritos y los acomodo. Este trabajo lo hago desde hace 6 años y no me quejo, me va bien, puedo pagar la renta y comprar comida, y vengo cuando quiero.



Me llamo Manuel Barraza, tengo 72 años. Nací en Durango, pero ya tengo mucho tiempo en Ensenada, porque aquí tengo a mis hijos, pero no dependo de ellos. También tengo muchos amigos aquí; pasan, me saludan y algunos me dejan para las sodas.



Hay ocasiones que sólo vengo a trabajar de jueves a domingo y saco hasta 1,500 pesos de propinas, todo es con el permiso del gerente de este mercado, porque no es como que se puede llegar a una tienda y hacer este trabajo, porque ya hay otras personas a las que perjudicaría y seguro me corren de ahí.



En el supermercado no nos pagan nada por lo que hacemos, prácticamente vivimos de las propinas, pero lo que sí hacen, es darnos, cuando salimos, un bolsota de pan”.