Abusó sexualmente y asesinó a una adolescente de 15 años en 2017.

TOLUCA.- Un sujeto que hace dos años violó y mató a una menor de 15 años de edad fue sentenciado a 73 años de prisión en el Estado de México.

Jesús Salvador “N” recibió la condena por abusar, asfixiar y asesinar a una adolescente en el predio donde fue localizado su cuerpo.

Además, deberá pagar multas de 286 mil 862 pesos y 165 mil 325 pesos, como reparación del daño.

El crimen ocurrió septiembre de 2017, cuando el hombre y dos cómplices agredieron a dos menores que caminaban por calles del pueblo de Santiago Tolman, ubicado en el municipio de Otumba.

La más pequeña, de apenas 11 años, logró escapar; pero la otra, de 15 años, no lo logró y tras ser abusada, fue asfixiada y asesinada en el terreno donde las autoridades localizaron su cuerpo sin vida.

El Estado de México, concentra 12 por ciento de la estadística nacional en materia de feminicidios.

De 2017 al 31 de julio de 2019, se han registrado 232 de estos crímenes de acuerdo al Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

El Estado de México ha sido sede de escalofriantes casos de feminicidas como el dado a conocer hace casi un año, en octubre de 2018, cuando las autoridades detuvieron a Juan Carlos “N”, presunto feminicida de Ecatepec que declaró haber cobrado la vida de 20 víctimas.

El sujeto comenzó a matar a los 22 años de edad y tenía formación militar. De acuerdo a su declaración ministerial estuvo adscrito en el Segundo Batallón de Guardias de Cuerpos Presidenciales.

Confirmó que no sólo descuartizaba a sus víctimas sino que también practicaba canibalismo junto con su esposa también detenida Patricia “N”, quien en un principio se negó a ayudarle con los cuerpos, pero después cedió bajo amenazas y hasta cocinaba carne de las víctimas, que no le daban a ingerir a sus cuatro hijos por miedo a que enfermaran.

Su primer homicidio fue el de una novia de 19 años. A algunas de sus víctimas las golpeó hasta desfigurarlas y no conforme con ello robó sus pertenencias como dinero y teléfonos celulares, aunque la mayoría llevaba muy poco efectivo.

Los celulares los vendía y también hacía lo mismo con algunos huesos que comercializaba con un santero. Los corazones los guardaba para culto a la Santa Muerte y alguna carne y músculos se los daba a comer a los perros. También colocaban restos en cubetas con cemento y guardaba otros en el congelador para evitar descomposición y malos olores.

Sólo abusó sexualmente de algunas de las mujeres que asesinó pues le tiene repugnancia a la mayoría de ellas por culpa de su madre.