Fue hasta el pasado abril, siete meses después de la desaparición de Brandon Alejandro, que a su madre le tomaron muestras de ADN. Aunque le duele, ella está consciente de que probablemente ya no esté vivo.

Lucía Gómez Sánchez/ HIPTEX

“Él siempre fue el hombrecito de la casa” afirma María Guadalupe García Hernández. Brandon, su hijo, tiene un año desaparecido, lo cumplió el pasado miércoles 04 de septiembre.

“Extraño su apoyo, extraño su compañía. Él siempre nos cuidaba (...). Él no se hubiera desaparecido así. No me hubiera dejado sola”. María está segura de que su hijo no se marchó por su voluntad y está consciente de que muy probablemente ya no se encuentre vivo.

“Yo no quiero a un culpable”, afirma a HIPTEX. Yo sé ahorita que alomejor a mi hijo yo no lo voy a encontrar con vida, pero tengo ese derecho, recalca.

Brandon Alejandro García Hernández, de entonces 20 años de edad, desapareció el 04 de septiembre de 2018. Salió a las siete de la tarde de su casa. “Me dijo ahorita regreso y a la fecha no ha regresado”, indica su madre.

Yo no discutí con él, no peleamos, ni que haya salido de la casa molesto por alguna situación, afirma como inconscientemente queriendo convencerse.

Reconoce que el joven había tenido riñas con personas de Villa del Campo, donde vivía en la casa familiar; una colonia muy conflictiva, rural, sin vigilancia policíaca y carente de todos los servicios.

Al buscar a Brandon, María Guadalupe siempre encontró el celular apagado, tampoco había algo nuevo en sus redes sociales.

Indagó con familiares y amigos, pero nadie le dio información. “Dejé pasar dos días; no me había enojado con él, pero pensé que pudiera estar con la novia. “Uno no acepta que puede llegar a pasar este tipo de cosas a uno”.

María Guadalupe se quiebra al responder cuántos hijos tiene. Yo tengo tres, dice tragando saliva. “Dos niñas más chicas y mi muchacho”.

En el noticiero matutino de HIPTEX, que conduce Alberto Sarmiento, recuerda que una vez que en Capea le levantaron su reporte, le asignaron un agente y le dijeron que cualquier cosa ellos le iban a hablar y si aparecía ella les notificara.

“Yo anduve igual, buscándolo por todos lados”. Conforme pasaban los días más se alarmaba.

Señora tiene que esperar

Señora tiene que esperar; es muy pronto, vamos a indagar. La mujer afirma que esa era la respuesta de Capea cuando preguntaba por el avance de la investigación de su hijo, a cuyo expediente no ha tenido acceso.

Capea dice que ya dio rondines por los lugares donde Brandon tenía amistades, pero su madre afirma que el investigador nunca la contactó y ella no ha visto informe alguno. Brandon trabajaba en una fábrica del bulevar Insurgentes.

Apenas en abril a María Guadalupe le tomaron muestra de ADN y fue por intervención de la Asociación Unidos por los Desaparecidos, que preside Fernando Oceguera.

Son muchísimas las personas desaparecidas, tres nada más en Villa del Campo y el gobierno no toma importancia. Siempre dicen que estaban involucradas en drogas, lamenta.

“Todos tenemos el derecho de saber qué pasó con nuestro familiar, independientemente de sea quien sea, porque para uno como madre siempre va a haber crítica de que no lo cuidaste”.

Uno como padre, expone, hace lo mejor que tiene en las manos por sacar a los hijos adelante, pero personas sin escrúpulos los enredan en situaciones ilícitas y al final de cuentas terminan muchas veces así.

“Él siempre me decía que yo era muy fuerte y me decía ‘ma’ cuando yo tenga un hijo, yo tengo la obligación de darle lo doble que tú me das a mí, porque tú me has enseñado que tengo que trabajar, darles educación”. (lgs)