En México, donde las oportunidades de trabajo son escasas, y las que se ofertan son con sueldos bajos, pensar en "salir adelante", como se suele decir, es todo un reto.

Texto y fotos: Crisstian Villicaña

Hay momentos, lapsos de la vida en donde no pareciera haber camino, o si lo hay, éste luce distante, inalcanzable.

En México, donde las oportunidades de trabajo son escasas, y las que se ofertan son con sueldos bajos, pensar en "salir adelante", como se suele decir, es todo un reto.

Dentro de los hogares se vuelve en aquellos que no estudian, ni trabajan, los llamados "ninis" una constante estarse cuestionando ¿qué hago? ¿estudio? ¿me alcanzará para estudiar? ¿me meto de Uber? ¿me darán empleo sin experiencia?

La situación es complicada y se repite en miles de hogares de la ciudad, del país, pero en medio de toda la desesperanza hay quienes ofrecen una alternativa de cambio, una opción para poder contender en el mundo de allá afuera, el cual exige para bien o para mal, una elevada preparación, se trata de Jóvenes Constructores de la Comunidad A.C., una organización fundada en el 2004.

El modelo de asociación civil consiste en realizar obras de construcción de valor comunitario con la participación de jóvenes de escasos recursos y desocupados, así como de madres de familia sin empleo, para que reciban una capacitación técnica en oficios de la construcción, carpintería, repostería, comida mexicana, formación en desarrollo humano y en habilidades para la vida; darles herramientas para vivir como dice el personal de la asociación.

La idea es clara, es dar un empujón, evitar que la población juvenil caiga en manos del crimen organizado, en ese sentido, la asociación apunta, de acuerdo a datos del Banco Mundial, en su apartado de "La violencia juvenil en México", 2012, que los jóvenes representan el 38.2% de las víctimas de homicidios en el país del 2000 a 2010, es decir, ser joven sin estudio y trabajo en esta nación implica un riesgo muy grande, más si se radica en zonas conflictivas, en donde se puede ser reclutado de manera fácil por el narco con la promesa de altos salarios.

Cabe resaltar un punto muy importante, conscientes de la necesidad de muchas madres de familia, así como de madres solteras, se decidió incluirlas en el programa debido a que también se encuentran dentro de un factor de riesgo al no tener una cualidad económica, lo cual representa cierta vulnerabilidad, incluso una exposición a la violencia dentro del hogar.

Para Marbella, de 28 años de edad y madre de tres hijos el trabajo realizado por Jóvenes con Rumbo Baja California, la cual representa a Jóvenes Constructores de la Comunidad A.C. en el estado, ha sido una luz, ya que le ha dado una nueva oportunidad; en una entrevista, nos platicó.

¿Antes del curso qué estabas haciendo? ¿Por qué te llamó la atención entrar?

M: Pues antes del curso yo me dedicaba a mis hijos, soy ama de casa, tengo tres niños y en sí, pues sí llega un momento en el que piensas qué estás haciendo con tu vida y me llamó la atención porque es una manera de salir adelante, de no sé, poner un negocio o trabajar en algo de panadería y enseñarles a mis hijos que nunca es tarde para aprender.





¿Antes de esto habías tenido un acercamiento con la harina, con la repostería?

M: Nada más llegué hacer como tortillas de harina y cup cakes, pero así más allá ya no, ya como que ahora abrí mis horizontes, como que te da miedo; al principio tú no sabes y si me da un poco de miedo todavía.

Veo que tienen tareas , ¿qué has hecho, cómo te ha ido?

M: Las tortillas de harina si me salieron bien y los cup cakes la primera vez si se me quemaron y como que se me pasaron un poco de levadura, como uno no sabe, pero pues igual con el curso me ha dado más confianza para ir haciéndole yo postres a mis hijos o hacerles algún detallito a la hora que les voy a dar de comer, sorprenderlos de esa manera.





¿Te ves continuando tu preparación?

M: Sí la verdad sí, pues el plan del programa está muy padre porque tengo que hacer todavía horas comunitarias para aprender, entonces mi idea es esa, meterme en una panadería, pedir que me dejen hacer mis horas de aprendizaje y poder agarrar un poco más de experiencia.

¿En futuro te animarías a hacer un pequeño negocio?

M: Sí, la verdad. Sí yo creo que sí ya agarrando un poco de experiencia yo le veo futuro, la harina es algo que rinde mucho y te da para mucho, entonces pues sí se puede poner un negocio pues qué mejor.

¿Antes de este taller habías intentado conseguir empleo o aprender algo? ¿te era difícil?

M: Era muy difícil porque como tú lo mencionas , porque era dónde dejar a mis hijos, el tiempo que era mucho. Tengo dos niños que van a la escuela, el más chiquito todavía no, si era muy complicado, pero igual ahora sí que la vida te da opciones ¿no? y ya tú decides agarrarlas y yo dije 'o es esto o no es nada', esta es mi oportunidad, tengo tres hijos ya, no estoy haciendo nada con mi vida, yo creo que también me lo merezco y mis hijos también se lo merecen.

Al final, se alejó con una sonrisa, con esa satisfacción de platicar lo que se está aprendiendo, lo cual al final del día puede marcar diferencia a favor de una mejor vida para ella y los suyos.

Para contactar a Jóvenes con Rumbo puede ingresar a www.facebook.com/Jovenesconrumbotj/