"A veces no se sabe qué hacer cuando uno llega aquí a un cambio de vida bastante difícil, pero aquí te brindan mucho apoyo, te dan una familia, porque es prácticamente lo que perdemos cuando llegamos aquí".

Texto y fotos: Crisstian Villicaña

Fue inevitable no percibir en el aire ese ambiente de graduación, una mezcla de felicidad, nerviosismo y nostalgia, en especial de los que estaban al frente, los festejados que sobresalían del resto que estábamos reunidos ese día en la Casa del Migrante.  

Éramos cerca de 45 personas, pero de ellas, había catorce hombres que acaparaban las miradas; catorce destinos distintos, sin embargo, unidos por un mismo lazo: la migración. Para ellos, el haber terminado un curso de electricidad fue una mejora como persona, un conocimiento que puede abrir puertas a empleos, pero a su vez, en aquella ceremonia de graduación hubo también una satisfacción por estar ahí sentado con un listón dorado que los distinguía, con el birrete, eso significó para muchos la oportunidad de sentir lo que es ser reconocido; como aquel niño o joven que posa orgulloso frente a los padres el certificado de estudios concluido, aprobado, me atrevo a decir que eso sintieron, o por lo menos fue lo que Armando Nery, un hombre que ronda los 40 años de edad, deportado de Estados Unidos, transmitió a los que estábamos presentes.  





"No tuve la oportunidad de estudiar y la mera verdad, se siente bien; hoy que Dios me está dando la oportunidad de estudiar es lo que voy a seguir, nunca terminé mi secundaría, la terminé aquí gracias a CESFOM (Centro Scalabrini de Formación para Migrantes); quiero seguir estudiando y superarme". 

"Más que nada siento una gran satisfacción porque hoy es algo nuevo para mí, tenía un poco de conocimiento, pero se siente bien estar ahí (con los graduados). No tuve la oportunidad de estudiar, llegué aquí deportado, sin saber nada qué hacer, le doy gracias a la Casa del Migrante que me abrieron las puertas", expresó. 

Parado frente al micrófono, con una camiseta estilo polo de estampados cuadrados, un pantalón de mezclilla algo holgado, barba de candado pronunciada y una piel morena que mostraba haber pasado varias horas en el sol, Nery sintió como la migración forzada, como la deportación de la cual fue sujeto, no siempre vienen acompañadas de infortunio, por el contrario, a veces resguardan sorpresas como encontrar el estudio en Tijuana. 

"A veces no se sabe qué hacer cuando uno llega aquí a un cambio de vida bastante difícil, pero aquí te brindan mucho apoyo, te dan una familia, porque es prácticamente lo que perdemos cuando llegamos aquí. El 26 de agosto voy a cumplir un año y hoy puedo mirar atrás lo que he logrado, no ha sido fácil, ha sido un gran esfuerzo, me han abierto las puertas aquí, me siento contento más que nada con el Padre Pat, con la Casa del Migrante, con las licenciadas de aquí que han visto un poco de mi superación y lo que he logrado ahora; graduarme del curso de electricidad para mi es algo con una gran satisfacción porque aprendí mucho del ingeniero, sé que me va ayudar mucho en mi vida y a seguir adelante", platicó mientras sus ojos se humedecían un poco. 

Los aplausos no esperaron después de escuchar aquel breve relato, en el rostro de los otros trece graduados había una expresión de felicidad, las palabras de Nery fueron un gran discurso de graduación, que sin planearse o por lo menos sin llevarlo en papel, supo transmitir a los invitados la esperanza de continuar pese a no estar en donde está la familia; cada hombre ahí presente, graduado o no,  supo que cabe la oportunidad de reinventarse, de iniciar de cero y comenzar hacer una nueva historia, en especial en Tijuana, donde pareciera siempre existir una chance más.  

Por último, Nery expresó unas últimas palabras de aliento, de lucha para los otros migrantes que curiosos asistieron a la graduación. "A los compañeros que vienen llegando también deportados o vienen del sur, de donde vengan, aquí en Tijuana hay muchas oportunidades, simplemente hay que buscarlas y no rendirse, buscar qué es lo que quieres en la vida, no quedarte ahí estancado, es lo que le puedo decir, es un testimonio personal".