Desde hace más de 35 años, Juan Antonio López Pérez “Toñito” atendía un puesto de lustrador de calzado en el inmueble

Por Alberto SARMIENTO /HIPTEX

TIJUANA.- Juan Antonio López Pérez, “Toñito” o “Toño”, el bolero de los alcaldes de esta ciudad, como se le conocía en Palacio Municipal, falleció esta madrugada en su vivienda, han confirmado fuentes del gobierno municipal.

Con más de 35 años de desempeñar el puesto de bolero que se ubica a unos metros de la entrada de la Presidencia, en el tercer piso de Palacio Municipal, “Toñito” se convirtió en una referencia obligada para los empleados municipales y funcionarios públicos, así como para periodistas.

Por varios trienios, era obligada la fotografía del alcalde en turno en su primer día de gestión boleándose los zapatos en con “Toño”.

Afectado por una discapacidad que le impedía caminar, optó, desde hace cerca de 40 años por dedicarse a bolear calzado.

Le tocó trabajar afuera del antiguo Palacio Municipal de la Calle Segunda, y cuando fue inaugurado el actual recinto del ayuntamiento, en la Zona del Río, se le permitió tener su puesto.

Con el paso de ls años, se le permitió que el puesto se instalara a unos pasos de la entrada a Presidencia, de hecho es el único módulo que de manera permanente se encuentra en algún pasillo de los tres niveles de palacio municipal.

En el trienio del doctor Jorge Astiazarán Orci, el entonces alcalde promovió un punto de acuerdo en el Cabildo para que se le concediese permiso de comercio ambulante, el cual fue aprobado en Sesión el 17 de diciembre de 2014.

El acuerdo estipula que el contrato de exclusividad tendrá una duración de 25 años para que Juan Antonio López pueda continuar ofreciendo el servicio a los usuarios de Palacio Municipal.

Este mediodía, tras conocerse la noticia, fue colocado un moño negro en el puesto de “Toño”, igualmente se depositaron unas rosas rojas en memoria del bolero de Palacio Municipal.

“Toño” llegaba a su trabajo poco antes de las 7 de la mañana, y terminaba su jornada a las 15 horas. Sus primeros clientes eran policías municipales asignados a la vigilancia del palacio, conforme avanzaba la jornada funcionarios, usuarios, algunos periodistas requerían sus servicios. También empleadas le llevaban sus zapatillas para que las lustrase.

El contacto de los periodistas con “Toño” además de inevitable, siempre fue cordial y de mucha camaradería. Colegas departían con él mientras esperaban en el pasillo la presencia de un funcionario a entrevistar o el inicio de una rueda de prensa en Comunicación Social, también ubicada en el tercer piso de palacio.

Siempre discreto, nunca habló mal de un alcalde o algún funcionario público, de los cientos que conoció y trató a lo largo de casi 40 años

Sobre su deceso, solo se ha logrado confirmar que fue esta madrugada en su domicilio particular, al parecer de un problema cardiaco. Un familiar se dio cuenta esta mañana al percatarse que no había salido a laborar como de lunes a viernes y por espacio de casi 40 años lo hiciera en palacio municipal, donde se le conoció como el “Bolero de los alcaldes”.

¡Descanse en Paz!